“Nunca me había regalado nada nadie”, le comentaba
un interno de 60 años de una de las cárceles de
El Puerto a
Guillermo González, secretario de la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis Asidonia-Jerez tras echarse a llorar cuando la magia de los Reyes Magos de Oriente se colaba en el interior del centro penitenciario donde cumplía condena con regalos para él y todos sus compañeros. Ocurrió hace unos años pero González se emocionó entonces y lo sigue haciendo ahora al recordarlo. Otros dan “saltos de alegría” durante una jornada inolvidable en la que hacen un viaje al pasado y recuperan el niño pequeño y la ilusión que llevan dentro. “Preparo los regalos con la misma ilusión con la que lo hacía con mis hijos la noche antes”, cuenta Guillermo a VIVA JEREZ. En este caso, fue el pasado jueves 28 de diciembre cuando en torno a medio centenar de voluntarios de la Pastoral Penitenciaria prepararon durante toda la tarde las
casi 1.800 bolsas con regalos para los presos fruto de las
donaciones de todas las parroquias de Jerez y también de la Diócesis de Cádiz y de particulares a través de sus Bizum en una campaña que arrancó en noviembre.
Será este próximo jueves 4 de enero cuando lleguen cargaditos de regalos a Puerto I, Puerto II y Puerto III. Como mínimo, c
ada uno de los internos recibirá una mochila con dos pares de calcetines, un paquete de caramelos, un almanaque y un pasatiempos. A este lote, se sumará
de forma aleatoria gorros, braga de cuello, agendas o cuadernos. Ellos tienen el censo de internos y organizan todos los regalos por módulos con una logística detrás importante para que nada falle.
Las internas al ser mucho menos, poco más de un centenar frente a casi 1.700 hombres, en la práctica suelen tener “bastante más regalos”. “Nos llegan muchísimos artículos de estética –pinturas, bolsitas de aseos…solo en calcetines hay más de tres cajas”. No son regalos de segunda mano, que también tienen cabida pero no para esta campaña. “Lo guardamos para el ropero de las personas sin hogar”, explica González, siempre y cuando esté en condiciones para darles también dignidad.
“Si yo no me lo puedo poner, tampoco vale para ellos”, advierte.
Nadie, absolutamente nadie, se queda sin este detalle. “
Todo el mundo tiene un regalo. Los que están de permiso lo recibirán a la vuelta”, explica el secretario de la Pastoral Penitenciaria para hablar de una iniciativa que cumple ya una década.
“Desde 2012 estamos entregando regalos de Reyes, pero empezamos en 2002 llevando polvorones, porque antes en la cárcel no se daba polvorones, y nosotros entregábamos una bolsita a cada uno”, relata. Una vez que en los centros penitenciaos empezaron a dar cena de Navidad y a repartir polvorones, decidieron hacerse cargo de los Reyes Magos de Oriente. Y la acogida no ha podido ser mejor, porque además en cada una de las prisiones hay un ritual este día.
“En Puerto I, (con 75 usuarios), el diácono se viste de rey mago, mientras que en Puerto II, con 424 usuarios, tres internos se visten de Reyes Magos y otros tres de pajes, y vamos también los voluntarios”. En Puerto III, la prisión con más internos con 1.256, tampoco se lo pierden, y se vive con especial ilusión en el módulo 7, donde están los usuarios más jóvenes.
“Es un día muy especial, la familia les puede regalar un chándal u otro tipo de ropa autorizada, pero
a entre un 20 y un 30% no los visita nadie y que se encuentran con esta magia de Oriente, recibiéndonos como si fueran niños”, concluye el secretario de la Pastoral, que reitera sus agradecimientos a la ciudadanía y a todas las parroquias.