La alcaldesa, María José García-Pelayo, pidió este martes “disculpas” a los vecinos del centro histórico que han podido sufrir las molestias derivadas de las concentraciones de personas provocadas por la celebración de innumerables zambombas, pero al mismo tiempo advirtió de que estamos ante un atractivo y un revulsivo económico al que Jerez “no puede renunciar”.
García-Pelayo explicó que precisamente como consecuencia de esas quejas “en cuanto acabe la Navidad” comenzará el periodo de “consulta pública” para que colectivos y particulares puedan hacer cuantas aportaciones estimen necesarias a las futuras ordenanzas municipales que regularán este evento.
En ese debate podrán participar “los vecinos, fundamentalmente los que viven en el centro, pero también el resto, porque estas fiestas llegan a todos los rincones de la ciudad”. De igual modo se pedirán aportaciones “al sector hostelero, a las peñas, a las hermandades o a los artistas”.
“Jerez se ha convertido en la ciudad de la zambomba por excelencia y queremos ir perfeccionando todo”, apuntó, sin dejar de lado que estamos ante una fiesta que está declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) y que por tanto “hay que cuidar y proteger”.
Para la alcaldesa, “es imposible” que no genere molestias un evento que este pasado fin de semana asistió a “una llegada tan importante de personas” y que motiva además que “la gente de Jerez se eche a la calle”.
De ahí que el objetivo sea “perfeccionar” todo el operativo de seguridad y limpieza. “El año pasado pusimos servicios públicos en las calles, se han ampliado los espacios de recogida de residuos y estamos limpiando desde primera hora de la mañana, pero es evidente que tenemos que seguir mejorando”, concluyó.