La instrucción de las pruebas testificales, es decir, la comparencia de los testigos ante la juez, por el crimen de Miriam Tamayo, se hizo en cuestión de semanas, pero la fase de las pruebas forense sigue estancada a la espera de la presentación de los informes toxicológicos y psiquiátricos del acusado de la muerte de la joven, Germán J. G. Tal es así, que la propia titular del Juzgado de Violencia de Género ha remitido un escrito al centro penitenciario en el que ingresó Germán 24 horas del después del trágico suceso pidiendo celeridad para culminar la realización de sendas evaluaciones.
La defensa del presunto autor, ejercida por Álvaro Aguayo, solicitó el pasado mes de septiembre tanto el informe psiquiátrico de su cliente como el toxicológico con el objetivo de dilucidar si este individuo se encontraba bajo los efectos de alguna sustancia tóxica en el momento de cometer el crimen.
Por su parte, el abogado de la familia de Miriam, Marcos Rodríguez, ya tiene en su poder desde hace semanas el informe forense que determina la precisión de los pinchazos mortales que sufrió la chica en plena vía pública cuando trataba de zafarse del padre de su hijo. Un escrito en el que pretende que se sostenga la acusación de un presunto delito de asesinato al considerar que hubo alevosía y enseñamiento, en función de las puñaladas que recibió la joven y de las nulas opciones que supuestamente habría tenido para defenderse.
Teniendo en cuenta estas circunstancias, fuentes del caso estiman que el juzgado dé por concluida la instrucción de las pruebas periciales a mediados de enero, y sea a partir de esa fecha cuando se presenten los escritos para calificar el suceso por parte de la Fiscalía, la acusación particular y la defensa para, en última instancia, proceder a la apertura del juicio oral. Una vista que se presenta muy dura y en la que también participará un juzgado popular al reunir los hechos todas las características que permiten que sea juzgado con este tribunal. Miriam Tamayo, de 22 años, falleció el pasado 12 de mayo en plena calle cuando acudía andando a una comida de fin de curso debido a las graves heridas que le provocaron las puñaladas que presuntamente le propinó el padre de su hijo.