"Tenemos un momento muy malo. Esto tiene que romper por algún lado. No se puede soportar”. Manuel Ortega es portuense, tiene 72 años y lleva toda la vida dedicado al campo con su familia. Nunca ha visto nada igual. Ayer se pegó una caminata de al menos ocho kilómetros desde la Cooperativa del Campo de Villamartín por la A-384, que permaneció cortada varias horas, junto a más de 3.000 agricultores de la provincia. En la ruta de la movilización convocada por las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA estuvieron escoltados por más de 120 tractores y hasta por el tiempo, que por un momento dado parece que también quiso tener un gesto con ellos y nublarse durante buena parte del camino de regreso para demostrarles que el cielo también está con ellos, que la sequía que tanto les castiga tiene que pasar. No llovió de milagro. Ayer estaban todos: apicultores con su uniforme de trabajo escenificando cómo está la tierra de Cádiz, ganaderos, agricultores de cereales, hortalizas y olivar de montaña. El mensaje era el mismo. Así no pueden seguir.
La de ayer era la primera marcha en la provincia del calendario nacional y no será la última. No se descarta una próxima en Jerez, pero aún no está confirmada. Las que sí se dan por hecho son las de Madrid, “en el Paseo de la Castellana o donde nos dejen” y la de Bruselas”, como ayer señalaba el presidente de Asaja Cádiz y vicepresidente nacional, Pedro Gallardo. De la misma forma que cada día tienen más claro que “o hacemos algo o el campo desaparece”, a medida que pasa el tiempo también empiezan a tener fe en que las tractoradas que están recorriendo todo el país “sirvan para algo” y que están más unidos que nunca por culpa de unas adversidades que ahora mismo tienen su base en unos precios de origen casi irrisorios y por los que el consumidor llega a pagar hasta un 600% más en los supermercados.
“Estamos todos. No hay distintivos”, señalaba Ortega apuntando únicamente a las gorras de los tres colores que portaban los compañeros asociados a una u otra organización. Era casi anecdótico. Todos estaban allí “por un campo vivo”, la reivindicación de la pancarta que encabezaba la manifestación. “Cuando yo entramos en la Comunidad Económica Europea (CEE) yo cobré el trigo blando panificable a 34 pesetas, y este año lo han vendido mis hijos a 31. Estamos hablando de hace 27 años. Es que no podemos estar cobrando los productos del campo diez años o más al mismo precio”, señala este agricultor, cuyos tres hijos han tenido que “cambiar el chip” y tirar por la horticultura para garantizar que sus nietos puedan tener opciones. “Con el girasol y el trigo no se pueden mantener”.
Muy cerca camina Jesús Galán, agricultor jerezano de 36 años. Va con su progenitor, que lleva en el campo “toda la vida”. Empezó a estudiar Ingeniería, pero dejó la carrera “para venirme con mi padre”. Ahora cuando ve la situación a veces se pregunta si verdaderamente hizo bien. “A todo el mundo que le digo que estoy en el campo se echa las manos a la cabeza y me dice que para qué me he metido”, señala, consciente de que al menos que la situación dé un giro de 180 grados “el futuro se presenta bastante feo”. “La solución no está en las ayudas, la solución está en que se analicen los costes de producción de las cosas y el riesgo, porque no puede ser que todo el riesgo se lo lleve el agricultor y el que distribuye no corra ninguno. ¿Quién va a relevar a los agricultores en el campo?¿Quién se va a meter en el campo sabiendo cómo está la cosa?”, indica Galán, que apunta a otro “caso práctico” para ilustrar la agonizante realidad del sector. “El trigo -hablando en pesetas- estaba a 60 hace ocho años y ahora vamos por las 30 pesetas. Es como si te compras una casa a 100.000 euros y la vendes a 50.000. ¿Qué has hecho?El tonto, pues eso es lo que estamos haciendo muchos en el campo. Sembramos muchos cultivos que no tienen sentido (el guisante, las pipas...) porque ni te cubren los gastos.¿Qué estamos haciendo?”, lamenta.
“Estamos al límite”
Carlos Vázquez viene del Campo de Gibraltar. Le consta que hay gente de todos los puntos de Cádiz y lo ve normal. “Estamos al límite; todos los sectores”. “Esto es insostenible; así no se puede vivir”, señala para referirse a la situación crítica que atraviesan y que hace peligrar a las nuevas generaciones. “Cuando el sector está tocado está tocado para todo el mundo”, añade. Unas circunstancias que han provocado que todos remen a la par, mientras que también tiene claro que algo bueno saldrá de esta lucha en las carreteras. “Con las condiciones que hay no vamos a parar hasta que se consiga algo”, sentencia.
La movilización de ayer también contó con el apoyo de distintos partidos políticos, alcaldes de la Sierra de Cádiz y administraciones como la Diputación de Cádiz. La presidenta de la institución provincial, Irene García, se incorporó a la manifestación y denunció que “los agricultores no pueden seguir padeciendo unos precios injustos”. García recordó además que la defensa de unas explotaciones agrarias rentables concuerda con una aspiración básica de Diputación: afianzar a las poblaciones en sus localidades de origen. García reclama que la unidad que están confirmando las organizaciones agrarias debe ir pareja con una alianza de todas las instituciones públicas.
En esa tesitura valora la “sensibilidad demostrada por el Gobierno de España”, al abrir una mesa negociadora con las organizaciones agrarias “desde un diálogo sincero”, y echa de menos una mayor implicación de la Junta en unas circunstancias “que obligan a la unidad de todas las instituciones públicas más allá de colores políticos”. El coordinador provincial de IU Cádiz, Fernando Macías, junto al coordinador comarcal de IU en la Sierra y alcalde de Bornos, Hugo Palomares, así como los alcaldes de Alcalá del Valle, Rafael Aguilera, Espera, Pedro Romero y Conil, Juan Bermúdez, y numerosos cargos públicos de la provincia también acompañaron a los agricultores. Macías se mostró convencido de que “hay posibilidad de intervención en los precios, hay posibilidad de diversificación en el campo andaluz, éste no es un problema nuevo, sino que lleva arrastrándose mucho tiempo y tenemos que mirar con vistas al futuro”.
El PP también respaldó las reclamaciones de agricultores y ganaderos. El portavoz del PP y concejal del PP, Antonio Saldaña, con miembros del partido, participó en la marcha y destacó la apuesta de la Junta por este “motor económico”, al tiempo que reclamó al Gobierno firmeza al negociar la PAC y a Diputación una campaña de difusión de los productos agrícolas y ganaderos propios. Por su parte, Pedro Gallardo, el vicepresidente nacional de ASAJA, una de organizaciones convocantes, hizo un balance positivo. “Estamos muy contentos. Ya es hora de que el campo se movilizara y de reivindicar nuestro papel en la sociedad”, indicó, tras alertar de la la falta de rentabilidad del sector, con una bajada en los precios mientras los costos siguen disparándose. Pero hay más: Los aranceles de EEUU y “los vetos rusos” no ayudan, al igual que la competencia deslegal. El sector teme también el resultado de la negociación de la PAC (Política Agraria Común Europea) y pide a los políticos españoles que la hagan “a cara de perro” porque los recortes que se están planteando son “inaceptables”.