Macetas, mantones, flores y muchísimo arte en los corralones y patios del Perchel, que recuperan tras la pandemia su tradicional
Certamen de Patios y la Semana de los Corrales. También se hace en otros barrios del Distrito Centro, pero lo curioso es que este año
se suma una calle, por la que los vecinos han luchado para que se prohíba el tráfico y puedan recuperar sus costumbres.
La calle Agustín Parejo es peatonal, como muchas otras del Perchel Norte; pero, a pesar de ello, los
coches y motos circulan y aparcan a sus anchas por calles muy estrechas. Un
auténtico peligro para los peatones. Ante ello, los vecinos de esta vía han luchado para que se corte el tráfico y sea peatonal sobre el papel y en el día a día.
Pero, para
extenderlo al resto de calles, hacen falta aparcamientos. “Para poner todas las calles peatonales, lo que necesitamos es que las instituciones hagan aparcamientos para los vecinos, de
alquiler o venta social, aprovechando que la plaza de Doña Trinidad la van a rehabilitar”, reivindicada Silvia García, presidenta de la asociación Espencilla del Perchel.
El deseo de estos vecinos es
vivir seguros y que todas las calles del barrio vuelvan a ser lugares de encuentro, para
recuperar las tradiciones “del cante, la vecindad, de la amistad, del
quererse, de una madre tenerse que ir a trabajar a limpiar y que la vecina se quede con los niños y hacer de comer para ellos.
Eso era el barrio y eso queremos que vuelva a ser”, recuerda Gabriel, uno de los vecinos más antiguos del barrio.
Para ello, han
decorado esta primera calle cortada al tráfico, en la que quieren mostrar lo que puede volver a ser el Perchel y lo que sus residentes pueden ofrecer. Y, por supuesto, para volver a participar en el certamen de decoración de patios y corralones; para lo que han dedicado “
muchas horas y mucha ilusión”, asegura Natalia Quintero, secretaria de la asociación, quien explica que las
“
manualidades se hacen con cartones, hemos sacado fotos antiguas, hemos comprado mantones”, entre un largo etcétera de creatividad, tiempo y esfuerzo.
Un evento que une a los vecinos y visitantes, donde se recuperan tradiciones con exposiciones, gastronomía, flamenco, baile y cante.