Por suerte, hay gente solidaria que se desvive por los demás. Algunas pueden encontrarse en la Asociación de Vecinos Lagunillas. Un banco de alimentos y mucho más que eso, gracias a la lucha insistente de su presidente, Curro López.
Hace tres años tenían una casa de acogida financiada por una persona que, con la pandemia, dejó de hacerse cargo de los costes. El Ayuntamiento de Málaga les ha cedido
un nuevo local en Soliva, pero necesitan costear toda la obra para convertirlo en un hogar que pueda
acoger a familias con niños, la mayoría marroquíes, que reciben tratamiento en el Materno.
“Ahora afrontamos la reforma, hacer recambios, amueblarlo…
tenemos el sitio, pero no la financiación para hacer una casa”, cuenta López. Se han ofrecido fontaneros, albañiles, electricistas y mucha gente sin pedir nada a cambio. Mano de obra no les falta, pero sí materiales. De momento, han conseguido 65 sacos de cementO que les ha donado una empresa. “Estamos esperando a poner una puerta”, ya que el local sigue tapiado. Necesitan un empujón de solidaridad.
Curro trabaja codo con codo con su mujer, Zouhira Aouassar, que lleva 8 años en Málaga ayudando a personas necesitadas. A ella también le tendieron la mano cuando llegó a la capital. Además de estar involucrada en el banco de alimentos, es
traductora de muchas madres con niños que llegan al Materno sin saber español.
Ayoub y la esperanza
Zouhira explica que
mucha gente de su país viene a España a salvar la vida de sus hijos. “En la sanidad marroquí, sin dinero no haces nada”. Corretea por allí el pequeño
Ayoub, siempre vigilado por su madre. Es el rostro del grafiti que ilustra la fachada del banco de alimentos. Su caso es especial: está esperando un trasplante de riñón y le han operado seis veces. En Marruecos no hubiera sobrevivido, insisten. Todo gracias a la sanidad pública española, reivindican.
Yalal Kerridi (17 años) lleva un año en Málaga con sus padres. Estudiará un FP de tapicería. Vinieron para huir de problemas personales y define a Curro como “un héroe”. En la asociación ayuda en lo que haga falta. Como él hay varios chavales que arriman el hombro.
"Falta todo para poder hacer una casa de acogida, para que los niños puedan vivir decentemente mientras estén en España tratándose".
Para ayudar de alguna forma, se puede contactar con la propia asociación a través de su portal de Facebook.