La implantación de una
tasa turística a las principales capitales destino de Andalucía (como ya ocurre en muchas ciudades europeas de masificado turismo) es asunto que, como el conocido río Guadiana, aparece y reaparece con periodicidad. Y esta semana tuvo un episodio de
desencuentro entre dos cargos públicos del Partido Popular, el
alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el
Consejero de Turismo, Arturo Bernal.
Si días atrás, en atención a los medios durante la inauguración de la feria del segmento turístico de cruceros Seatrade Cruise Med, el titular del departamento autonómico argumentó de manera rotunda que
“ahora no debemos hablar de la tasa”, porque
“no es el momento”, el regidor de la capital de la Costa del Sol señaló en relación con la implantación de una tasa turística que
hablar, “vamos a decir, de una manera discreta y ver cómo con el sector se puede ir
avanzando en consenso, eso no es malo”. Eso sí, el alcalde del PP de Málaga dejó claro que “siempre que sea
destinada a fomentar el turismo de calidad, el turismo de excelencia”.
Bernal, sin embargo, abundó en que “cuando hablamos de la tasa, es porque nos encontramos en
momentos de máxima demanda, pero hay que poner todo en contexto, y esa máxima demanda no obedece a los resultados que ahora mismo el sector está obteniendo, y no tenemos una máxima demanda con un máximo beneficio porque
han subido los costes y tenemos una
inflación desbocada y galopante que es preocupante”.
Por su lado, De la Torre, al “no es el momento” de Bernal señaló que “respeto lo que dice el consejero, como es natural, tengo una relación magnífica con él; pero hablar de una manera, vamos a decir, discreta y ver cómo con el sector se puede ir avanzando en consenso, eso
no es malo, siempre que sea destinada a fomentar el turismo de calidad, de excelencia”, reiteró. “Como es natural, todo mi
respeto y aprecio para el consejero de Turismo, Cultura y Deporte”, concluyó.
Reunión en Sevilla
Pero, los antecedentes están ahí, ya que, sin ir más lejos, en agosto De la Torre, y después de una reunión con el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, donde se abordó esta cuestión, ya matizó el regidor malagueño que es algo “
positivo, siempre y cuando se tenga consenso con el sector”.
Por su parte, Bernal, que no quiere desvío de otras cuestiones para él importantes, si desvió la atención sobre la tasa apuntado que existen, a su juicio,
“problemas” como el agua que hay que “abordar”, porque la disponibilidad de este recurso es para Andalucía “tan importante como el gas en Alemania”.
Así, señaló que “no somos conscientes de lo que importa el agua en una región como Andalucía, donde las dos principales fuentes de riqueza son la agricultura y los servicios, en este caso el turismo”. “Tenemos problemas o elementos importantes para anticiparnos y ocuparnos en este escenario de año y medio desde ahora, y desviar la atención a otros temas ahora no toca. Es una palabra que no puede ofender a nadie, pero toca centrarnos en lo importante”, insistió.
No de los hoteles
Por cierto que en julio de este mismo año, la Asociación de Establecimientos Hoteleros de la Costa del Sol,
Aehcos, se mostraba
contraria a la aplicación de una tasa turística y se desmarcaba de la posición de los municipios de Málaga y Sevilla, que se manifestaron abiertos a estudiar la aplicación de un gravamen que la asociación considera “lesivo para el sector y para la competitividad del destino”.
La patronal consideró
“inoportuno” abrir el debate en la coyuntura actual: en pleno proceso de recuperación de una pandemia que dañó especialmente al sector turístico, y cuyo ritmo se está viendo condicionado tanto por la inflación superior al 10% como por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, entre otros motivos.