Darío Brizuela fabricó su propia epopeya escrita con sudor y lágrimas. Fue el jugador clave en la
victoria del Unicaja en cuartos de final de Copa del Rey ante el Barça por sus
27 puntos y 22 de valoración (3/6 en triples, 6/9 en tiros de dos y seis tiros libres sin fallo). Con un rendimiento superlativo y emocional se ha convertido en el
máximo anotador de la historia del club malagueño en esta competición, donde promedia 19’8 puntos en los cinco partidos que ha disputado.
Sus 27 puntos que le han permitido superar a la leyenda cajista
Berni Rodríguez, que lideraba la clasificación con 88 dianas en 17 partidos. Lo tenía a 16 de distancia. La facilidad anotadora del de San Sebastián lo ha catapultado a este récord con una gran rapidez: Brizuela ya suma
99 puntos y tan solo ha necesitado cinco partidos para lograrlo.
Todas las citas de Copa las ha jugado con la camiseta verde y morada; en 2020 comenzó de menos a más, metiendo nueve puntos en cuartos contra el
Zaragoza, ocho contra el
Andorra de Ibon Navarro en semifinales y 22 tantos en la final contra el
Real Madrid que no sirvieron para frenar a los blancos en su conquista.
En la edición de 2021, también en cuartos y contra el Barcelona, el donostiarra logró su mejor marca personal con 33 puntos que, sin embargo, no se tradujeron en victoria, ya que el equipo de Jasikevicius se llevó la eliminatoria en la prórroga por 103-93.
Va por el pequeño Bruno
Brizuela llegaba a la cita de este jueves en una situación personal complicada, como contó después del partido visiblemente emocionado. "He pasado los peores días de mi vida desde la semana pasada.
Mi hijo está en la UCI, ya está bien y recuperado, pero lo hemos pasado muy mal”.
Su primogénito
Bruno nació hace tres semanas en Málaga, pero el pequeño ha tenido que operarse por un problema intestinal grave que evoluciona de manera favorable.
El escolta del Unicaja incluso se pensó si asistir o no a la Copa, dada la complicada situación familiar: “
Dudé en si venir o no, pero mis compañeros me estuvieron apoyando, también mi familia. Todo lo malo que tuve, ha salido hoy”, decía minutos después de sus lágrimas con el final del partido.
Ahora, con la épica de su partido y la fuerza que sacó de dentro para dedicarle a su hijo uno de sus mejores partidos, Brizuela ya es historia del Unicaja y quiere seguir aportando talento al servicio del equipo.