Hubo un anuncio de televisión que destacó y quedó en la memoria porque preguntaba, al hilo de la promoción de productos de higiene íntima femenina,
“¿a qué huelen las nubes?" No lo tenemos muy claro, pero si va a ser conocido cuál es el
mapa de olores de Málaga cuando culmine el proyecto en el que, por encargo del OMAU (Observatorio de Medio ambiente Urbano de Málaga) trabaja en la actualidad la Fundación Aula del Mar.
Se trata, señaló el
presidente de la Fundación aula del Mar, Juan Antonio López, de una acción muy
innovadora en la que solamente ciudades como
Londres o Barcelona están trabajando y por la que
se estudian los olores a nivel ambiental, ya que “es
otra contaminación por llamarlo de alguna forma,
de las que menos se ve”; López apunta a que “si queremos tener
una ciudad sostenible, atractiva, para los que vivimos y para los que vienen,
no solamente está la parte visual, estética, sino también, la
percepción odorífera que nos va a dar como
una memoria o más atractiva o menos del lugar que visitamos”.
En cuanto a la metodología, López indicó que se ha hecho un estudio mediante
encuestas, de las que se han conseguido
1.751 resultados en este último mes y medio, que arrojan y son unas conclusiones preliminares se van a seguir trabajando; se han llevado a cabo,
en los 19 distritos de Málaga y, según indico el presidente de Aula del Mar, “se han visto ya datos interesantes, porque el objetivo es que a través de la ciencia ciudadana, es decir, de la participación de la ciudadanía, de
cómo percibe en cuanto al olor el lugar donde vive, podamos
detectar tanto olores agradables como desagradables, para que, aquellos que son desagradables se pueda
llegar al origen e intentar mitigarlos”.
El estudio
analiza 20 parámetros distintos, con 20 olores diferentes, (como industrias, alcantarillas, vertederos y actividades portuarias) y se ha hecho una encuesta para que la persona que a través de un código QR que
geolocaliza el lugar y la fecha, “sepamos si estanos hablando de
si huele a naturaleza, a mar o a residuo o a tráfico. Así, si hay algún tipo de contaminante, se hace una valoración de momento preliminar, en la que se sigue trabajando. Hasta ahora, se ha detectado por ejemplo, que hay partes en la más cercana al casco histórico y zona norte, donde se han percibido olores de tipo naturaleza, pero también, mucho olor a tráfico.
Con este estudio, concluye López, de lo que se trata es de que, a partir del mismo, “se pueda buscar de qué forma podemos
mitigar esa contaminación a nivel de olor a tráfico, contaminación, combustible, etc, y otro tipos de olores y que podamos tener una ciudad más sostenible”.
Por eso, con los resultados que se vayan consiguiendo, “y eso ya es tarea del OMAU, a través de la información que se le está dando, puedan
iniciar esas acciones”, que siempre además “
queremos trabajar con la ciudadanía, es decir, con la participación ciudadana”, señaló López.
De hecho, ya se han presentado a final de año al Ayuntamiento los primeros resultados, y a partir de ahí a lo largo de todo este año se va a continuar
ampliando y mejorando esa información de un proyecto que se enmarca dentro de la Línea Estratégica 25 “Salud”. Acción 25.2 “Impulsar la mejora de la calidad del aire y niveles de contaminación”.
Al final, este mapa mostrará la
distribución de las categorías de olores en la ciudad, las correlaciones entre olores y sustancias nocivas, y los mapas de calor de la intensidad de las etiquetas relacionadas con el olor, pero también, tiene como objetivo
sensibilizar y concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de la calidad del aire y la problemática de los olores urbanos en Málaga.