El músico malagueño Mario Salazar ha iniciado
una huelga de hambre a las siete de la mañana de este lunes, para pedir al Ayuntamiento de la capital
mayor flexibilidad de la ordenanza municipal que regula las actuaciones en directo en bares y pubs de la ciudad.
Hace unos días, en Viva Málaga y 7TV Málaga, ya contó cómo había intentado reunirse con responsables del Consistorio para atajar un problema que
está afectando económicamente a los establecimientos hosteleros, pero sobre todo
a los artistas que viven de estos espectáculos. Tras varios días esperando, desde el equipo de gobierno del Partido Popular
solo tuvo noticias después de hacer presión anunciando la protesta por redes sociales. La respuesta fue una cita para el 7 de febrero con el director de medioambiente, en una fecha posterior al inicio de huelga de hambre que había marcado, el 29 de enero.
Por ello, Salazar ha decidido cumplir su palabra,
desde hoy dejará de comer hasta que haya una solición. Durante la mañana, en su campamento improvisado con una silla y carteles donde se puede leer ‘
la música en directo no se puede tratar como un delito’, ha recibido la visita de empresarios y compañeros. También ha hecho a
cto de presencia el alcalde, Francisco de la Torre, para decirle que “no tiene sentido que esté ahí, porque ya tiene una cita”, palabras que el regidor ha repetido en un programa de COPE. “Mi respuesta para él”, cuenta Mario, “es que
sí es necesario hacerla, porque en 2021 ya tuve una conversación con la que era la concejala de medioambiente en este momento
y se me prometieron ciertas cosas que no se han cumplido. Y ahora estamos
mucho peor que en 2021”. La huelga de hambre es una medida desesperada para exigir
una solución “clara y escrita, para que quede constancia de ello, porque si no estamos en las mismas”.
El artista ha dejado claro que detrás de esta protesta “no hay ningún establecimiento ni músico en concreto”, sino que
emprende de nuevo esta lucha “por y para todos”, para que ningún músico pase hambre, porque las multas y suspensión de actuaciones ya están provocando que los bares y pubs dejen de contratar a músicos en directo.