El
empate sin goles del Málaga CF en Sanlúcar de Barrameda dejó el ambiente algo frío. Un partido espeso en ataque, con pocas ocasiones que, no por ello, debe ocultar la
progresión de esta plantilla en otros ámbitos.
Uno de ellos (posiblemente, el más evidente ahora mismo) es la
seguridad defensiva. Hay que remontarse justo un mes atrás, al domingo 11 de febrero, para ver a Alfonso Herrero recoger un balón de su portería. Fue en la derrota por 1-0 en Melilla.
Desde entonces,
cuatro partidos en los que el equipo de Sergio Pellicer no ha recibido goles: Recreativo de Huelva (2-0), Alcoyano (0-3), UD Ibiza (1-0) y el reseñado choque contra el Atlético Sanluqueño. Es la primera vez que los malaguistas logran esto en toda la temporada. Han sumado hasta en dos ocasiones tres porterías a cero seguidas, pero el cuarto encuentro siempre se resistía.
Una defensa con identidad
La línea de cuatro defensores comienza a saberse de carrerilla.
Víctor García y Jokin Gabilondo han sido desde el inicio los dos laterales en los que más confía el míster. Donde faltaba algo de continuidad era en el eje de la zaga, donde no había una pareja que se asentara.
Precisamente, tras la derrota contra el Melilla, Pellicer comenzó a apostar por
Einar Galilea y Nélson Monte para dicha demarcación. Los resultados, así como la seguridad que transmite ahora mismo la zona defensiva, demuestra que ha acertado. Parece difícil contemplar un escenario en el que alguno de los dos no vaya a ser de la partida si se encuentran en disposición para ello.
Esta seguridad atrás llega, además, en el momento más necesario. Con
Roberto Fernández ausente, se hace más necesario que nunca no tener fallos atrás, puesto que la estadística anotadora, como era de esperar, ha bajado.
Con 19 goles en contra, el Málaga es
ahora mismo el equipo que menos tantos ha recibido. También es el que menos ha marcado si lo comparamos con Córdoba, Ibiza y Castellón. Manter el buen nivel atrás será clave para llegar con garantías al momento clave de la temporada.