Santi Amodeo recibe hoy el Premio Eloy de la Iglesia, con el que el Festival de Cine Español de Málaga distingue a cineastas que se separan de los caminos habituales, pero él cree que su cine "no es tan raro" y "tiene su punto autoral, aunque son historias fáciles que puede seguir el público general".
"No son películas para cinco millones de espectadores, pero se defienden bien", ha afirmado el cineasta sevillano, que admite que "el arrojo de un director parte del arrojo de un productor, que al final es el que arriesga".
Por eso, siempre intenta que su cine sea "rentable", aunque después de rodar no pregunta "si lo ha sido o no" y busca que sus películas "las vea el público, que es lo que el productor necesita", porque "el cine es algo caro, necesita un dinero y no hay que obviar que tiene que tener beneficios".
Sus inicios junto a Alberto Rodríguez los recuerda como "una época muy mágica" en los que ambos eran "unos inconscientes" porque no se jugaban nada.
"Lo que ahorrábamos nos lo gastábamos en el cine. Pagábamos por hacer cine, y ahora cobramos, pero entonces era un hobby, como a quien le gusta la pesca".
El éxito del cortometraje "Bancos" junto a Rodríguez tiene algo de "accidente" para Amodeo, porque "ganó un montón de premios en festivales, llegaron productores y todo fue creciendo, pero no había una conciencia real de lo que estaba pasando".
Después, el largometraje "El factor Pilgrim" nació porque Alberto Rodríguez "tenía unos ahorros de trabajar en la tele y quería rodar".
"En las vacaciones, en vez de irnos a los Caños de Meca a tomar el sol, decidimos hacer un corto, empezamos a escribir y la cosa fue creciendo", hasta que recibieron en el Festival de San Sebastián una mención especial, que Amodeo no sabe "si fue a la película o al empuje".
"Sabíamos que era imperfecta y que sólo podía ser así, se desmadró y se convirtió en algo mucho más grande de lo que pensamos", ha rememorado el cineasta, que recuerda el rodaje como algo "muy divertido, muy disparatado y muy inconsciente".
Rodaron en Londres "sin permisos, porque había que pagar una tasa que era como multiplicar por diez el presupuesto de toda la película, el equipo se movía en metro y fue todo muy ilegal".
Aunque siguen siendo "grandes amigos", cree que si ahora trabajara con Alberto Rodríguez "sería un parásito de él", pero siempre "fantasean" con hacer algo juntos.
Sobre la situación actual del cine español, Amodeo considera que "se está haciendo un cine de autor muy bueno pero muy minoritario, que no llega al público, y un cine comercial como no se ha hecho nunca, pero se ha perdido el cine de autor con músculo, películas que puedan ir a Berlín, a Cannes o a Toronto y que se defiendan bien", ha reflexionado.
"Hay un cine comercial empujado por las televisiones y otro muy 'underground', muy mágico y con mucha potencia artística, pero con unas cifras muy pequeñas", ha detallado.
Entre sus próximos proyectos está rodar una película que se titulará "Yo, mi mujer y mi mujer muerta", de la que sólo adelanta que tendrá tono de comedia, y para la que está intentando completar la financiación.
"Será en Marbella, que cinematográficamente es la bomba, aunque creo que no está bien contada en el cine, porque la que se conoce es la de las corruptelas, pero tiene algo mágico ese mundo de elite de los supermillonarios. Voy a contar a Marbella de una manera que creo que no se ha contado", ha avanzado Amodeo.
Con motivo de la presencia del cineasta sevillano en Málaga se ha presentado el libro "Astronautas en la isla mínima", en el que una decena de autores fabulan sobre las películas de Amodeo y Rodríguez.
Los participantes en este libro editado por Miguel Angel Oeste y publicado por Pálido Fuego son, además de los propios Amodeo y Rodríguez, Pablo Aranda, Víctor del Arbol, Juan Bonilla, Angel Castro, Rafael Cobos, Garriga Vela, Sara Mesa y Daniel Ruiz García.