Nueve años después, la Casa Invisible sigue en el mismo limbo jurídico que cuando un grupo de creadores y miembros de movimientos sociales la ocupara allá por marzo de 2007. La Fundación de los Comunes, que gestiona el espacio, continúa reclamando al equipo de Gobierno popular la cesión directa del edificio, tras haber sido declarada entidad de interés la pasada primavera. Una espera que no llevan de brazos cruzados. Mientras la programación bulle en el inmueble de calle Nosquera, este lunes arranca una nueva campaña de ‘crowdfunding’ para poner en marcha la primera fase de rehabilitación del espacio. Necesitan recaudar entre 15.000 y 23.000 euros, una cantidad similar a la que el pasado año permitía, también gracias a las aportaciones altruístas ciudadanas de todo el mundo, arreglar el patio para volver a abrir al público.
Sin cerrar
“No podemos esperar más, queremos recuperar toda la casa para la ciudadanía lo antes posible”, explican. El proyecto planteado aspira a “rehabilitar sin cerrar al público”, de tal forma que se acometan los trabajos en cuatro fases, abriendo al público cada espacio recuperado, “lo que contrasta radicalmente con la propuesta del Ayuntamiento”.
La sombra del desalojo sigue acechando precipitando los trabajos, al sospechar “que detrás de este bloqueo está la intención de retrasar lo más posible la rehabilitación para que el deterioro del edificio justifique un nuevo intento de desalojo como el que tuvo lugar en la navidad de 2014”, critican.
El Ayuntamiento decretó entonces el cierre por motivos de seguridad para actividades de libre concurriencia. Una orden que levantó una marea ciudadana en las redes sociales, al grito de ‘La Invi no se toca’ y que no dudó en salir a la calle en una manifestación multitudinaria para evitar el cierre del espacio de autogestión. “Se puede hacer ciudad de otra manera, más sostenible e incluso más económica. Pedimos a la ciudadanía que se implique con el crowdfunding para seguir regando este semillero de ideas”, pide el colectivo.