Acaba de inaugurar su tienda número 45 en la provincia de Málaga en un entorno emblemático y estratégico de la capital. Está situada en la Malagueta frente al Muelle Uno, la Alcazaba y el Museo Pompidou. Contempla, además, abrir otro nuevo establecimiento en Antequera a finales de octubre. La Canasta, dedicada a la panadería, confitería y restauración, factura en torno a 15 millones de euros y atiende a casi ocho millones de personas al año, casi el mismo número de pasajeros que recibe el Puerto de Málaga.
¿Cuál es la filosofía y las claves del éxito de La Canasta?
– Las claves del éxito de nuestra empresa se basan en el trabajo y la honradez. Ha sido el pilar de la familia y de todo el equipo. Nuestra primera tienda se abrió hace 33 años, pero llevamos toda la vida en este negocio, y no nos hemos desviado de nuestra filosofía ni un milímetro. Seguimos trabajando y luchando con la misma ilusión del primer día para consolidar la empresa. Poco a poco fuimos instalándonos en las principales localidades de la Costa del Sol –desde Manilva hasta Nerja- y también en pueblos del interior como Vélez Málaga. Tenemos previsto inaugurar otra tienda en Antequera el próximo 20 de octubre.
La primera panadería la puso su padre en 1953. Su mujer Dolores Vargas y usted continuaron el negocio a partir de 1977 con la panificadora El Bambi y luego con su primera tienda. Ahora están al frente del negocio la tercera generación de su familia. ¿Cuál es su sueño?
La Canasta actual ya no es de Antonio Cárdenas y Loli Vargas, sino de todos mis hijos y mi yerno, que son piezas claves en el organigrama de la empresa, con sus ideas, su creatividad y su preparación, igual que todos los trabajadores, entre otros Alfonso Godoy, una persona íntegra e incondicional que lleva más de 33 años con nosotros. Mi sueño es el día a día, seguir trabajando y haciendo bien las cosas y que mi familia consolide el proyecto.
¿Piensa desarrollar el modelo de franquicia, que comenzó en Marbella, y también el catering?
-La franquicia de Marbella la pusimos en marcha hace 14 meses y va muy bien. No descartamos abrir más siempre que veamos el negocio y podamos asegurar el prestigio de nuestra marca. Respecto al catering, la desarrollamos desde hace 33 años Es un servicio añadido y complementario con el objeto de ofrecer al cliente un servicio integral, ya sea en su domicilio o empresa, realizando todo tipo de eventos totalmente personalizados, reuniones corporativas, privadas, bodas, así como en cualquier finca elegida de la provincia de Málaga y sus alrededores. Somos una empresa familiar, que fabricamos, distribuimos y comercializamos una amplia gama de productos. Me gusta decir que somos eminentemente panaderos y que hemos aprendido a complementar la mesa.
¿Dónde elaboran sus productos?
–En el polígono Guadalhorce. Allí tenemos una fábrica de 3000 metros cuadrados.
La facturación del grupo está en torno a los doce millones de euros. ¿Cuál será la facturación de este año?
- No soy un hombre de números, sino de atender el negocio y darle lo mejor al cliente. Por La Canasta pasan al año alrededor de ocho millones de personas y atendemos entre 25.000 y 30.000 personas diarias. Este año alcanzaremos una facturación en torno a los quince millones de euros.
¿Cuál ha sido la inversión para abrir la tienda de Málaga?
-Ha sido muy importante, pero no he querido sumar porque probablemente si sumo no abrimos la tienda. En cuanto a la inversión habrá que preguntarle a los bancos, pero supera los quinientos mil euros. El riesgo está calculado en la suma del trabajo diario del equipo. En esto no bajamos la guardia, ni tampoco en la calidad del producto o en el precio justo. Nuestra fórmula es la disciplina, la constancia, la seriedad y la honradez, lo que conlleva a hacer bien las cosas. La frase “no nos merece la pena” no existe para nosotros, ni tampoco la desidia. La Canasta es la suma del esfuerzo de todo la plantilla.
¿Qué proyectos tiene para 2017?
- No está en nuestro plan de negocios sacar nuevos proyectos el próximo año. Pero si contemplo ganar en organización interna, consolidar la plantilla de 400 trabajadores, seguir creciendo con prudencia, dar al cliente lo que quiere y buscar el equilibrio entre la oferta y la demanda.
¿No ha tenido la tentación de salir al mercado internacional?
-Hemos sido pioneros en la tecnología del pan en España junto con otras empresas catalanas y vascas. Pero apostamos por ser una empresa local y no traspasar fronteras. Indudablemente hemos tenido ofertas y clientes en otros lugares, incluso del extranjero como México o Arabia Saudita. Sin embargo, no hemos querido crecer en otros mercados, ni separarnos de nuestra tierra.