Un Lunes Santo de pleno sol que permitió que las seis cofradías lucieran sin problemas y cumplieran con su penitencia
Decía este lunes Antonio Banderas que “la Semana Santa no solo puede ser sólo oro, plata y repujados” y es que (suscribiendo a pies juntillas las palabras del actor malagueño) si una cofradía no puede presumir de patrimonio humano algo habrá que cambiar. Las cofradías del Lunes Santo, que pudieron lucirse gracias a un sol de día de Corpus, sirven para analizar perfectamente cómo debe ser un buen cortejo nazareno.
La máxima es muy simple: lo ideal sería cantidad y calidad pero siempre preferible la calidad a la cantidad. Mejor ir por partes. Abría la jornada Crucifixión, espejo claro de que ser una cofradía de barrio no implica que todo vale y que se pueden tener las cosas muy claras y apostar por un concepto personal dentro del buen gusto. Estrenaba la cofradía del Buen Pastor los equipos de penitentes, unificados, y el resultado era brillante. Cierto es que en algunos momentos del recorrido adoleció de excesiva separación entre nazarenos pero la elegancia de las capas negras sobre las filas de túnicas moradas dejaba un tremendo sabor cofrade. Por no hablar del buen andar de los tronos cuyos portadores también estrenaban túnicas. Cuando un cambio patrimonial no se plantea desde el capricho si no conforme a una ideología asentada, los cambios no sólo se asumen sino que se defienden y aplauden. Lo que sí ya es tradición es el precioso arreglo floral que luce por costumbre la Virgen del Mayor Dolor en Su Soledad y el cuidado monte natural que recuperaba el Cristo respecto del año pasado. Siguiendo el orden de salida, en los Gitanos se aprecia una mejora del cortejo en cuanto a detalles de cuidado, no sólo de números, que también van filas muy nutridas. La tez del Señor, sí, la tez porque no parece madera sino piel de aceituna, con el sol de la tarde dando en su espalda acentuada con el rojo de los claveles de su monte, es una paleta de cromatismos que ilumina hasta la noche cuando “¡ya se va el moreno!”, como gritan las gargantas calés a su paso. Junto a él, María de la O, caminando “por Andalucía libre, España y la humanidad”. Ver a estas dos imágenes lucirse en las cercanías de su feligresía es uno de los grandes momentos de la jornada. Boquerones que prenden las manos del señor, morilleras de arte que abanican a la guapa madre gitana: conjunto “redondo como el nombre de mi Virgen”, que diría Juan Rosén en alusión a la advocación de la dolorosa de Buiza.
El cortejo de la archicofradía de Pasión emana perfección a la par que naturalidad. No es sólo una cuestión estética, sino también un trasfondo filosófico de lo que significa ir bajo un capirote. Seriedad, rigor compostura, la compañía perfecta para dos tronos que son dos joyeros, que caminan muy bien y que es fotogenia pura se vea por donde se vea pasar. Tras la Semana Santa, la Virgen del Amor Doloroso, que iba preciosa con un exorno a base de flores blancas, se marchará al taller de Juan Manuel Miñarro para ser restaurada.
Ayuntamiento de Málaga
Lo bueno y lo malo de un cortejo nazareno, aquello que se hablaba al principio de estas líneas entre la relación calidad-cantidad de los cortejos, es fácilmente analizable en la cofradía de Estudiantes. Más de mil criaturas se enfundan los terciopelos rojos y verdes para acompañar cada año al Coronado de Espinas y la Virgen de Gracia y Esperanza. Sí, genial gestión humana. Nadie lo duda, ni nadie lo critica. Eso sí, se plantea la inquietud de si todas esas cientos de personas saben lo que es llevar un capirote porque, aunque es verdad que cada vez se ve menos, no compensa que horas antes y horas después de que la hermandad universitaria por excelencia empiece o acabe su procesión se vean nazarenos descapirotados paseando por Málaga, algo que quita el sentido al hábito de penitente relegado a un mero disfraz. Una de las novedades que introdujo la cofradía del Santo Cristo fue el adelanto de hora para realizar el acto con la UMA antes del recorrido oficial y propiciar, (olé ahí) que no se produzca una desbandada de capirotes en sus filas. Dicho lo de antes, es alentador pensar que es consciente del problema y se aboga por solucionarlo. A pesar de que el encuentro en la plaza del obispo se realizó con más de cinco horas de antelación a lo que la costumbre disponía, el público no falló y siguió siendo uno de los momentos más populosos.
La despedida de la tarde, dio la venia para que la personalidad aplastante de Dolores del Puente se pusiera en la calle. Sí hablamos de cortejo, desde luego la hermandad de Santo Domingo se encuentran en en el ‘top cinco’ de la Semana Santa de Málaga. Numerosos nazarenos y agrupados lo convierten en un verdadero camino de luz para la Virgen del pálido dolor y el Cristo del Perdón.
Ayuntamiento de Málaga
No porque se hable de él el último le resta importancia. Al revés. El Cautivo es el Señor de Málaga, al alba y a la noche. En San Pablo y en la calle Carril. Túnica blanca “que dio vista a los ciegos, el de la mirada santa” que dice la copla. En Málaga, la parte religiosa ansiaba la presencia de Nuestro Padre Jesús Cautivo y en la parte profana, se echará de menos por mucho mucho tiempo a Chiquito de la Calzada (de la Trinidad). Y de la memoria de un trinitario sanador de risas a un trinitario redentor fue símbolo la Medalla de Oro de Andalucía a título póstumo que recibió la familia del humorista y que fue donada al Señor de Málaga en una ceremonia ocurrida en la mañana del lunes Santo.