Rincón de la Victoria nombra Hijo Predilecto a título póstumo a José Marfil Peralta, superviviente del campo de concentración de Mauthausen
El Ayuntamiento de Rincón de la Victoria (Málaga) ha entregado hoy a título póstumo el reconocimiento como hijo predilecto a José Marfil, que combatió en la II Guerra Mundial y sobrevivió al campo de exterminio de Mauthausen.
La distinción ha sido recogida por familiares de Marfil, que falleció el pasado 7 de junio en Maureillas-las-Illas (Francia), localidad en la que residió en el exilio.
Los portavoces municipales han elogiado la figura de este vecino, mientras que Miguel Alba, historiador local y uno de los promotores del reconocimiento, ha destacado la labor de divulgación que llevó a cabo Marfil de los horrores del fascismo.
En este sentido, tal y como relató Marfil, que nació en Rincón de la Victoria en 1921, en su regreso al municipio malagueño en 2010, la "última misión" que se marcó fue dar a conocer entre los jóvenes sus vivencias y lo que les pasó a él y a otros españoles en los campos de concentración nazis.
Para ello, escribió el libro "Yo sobreviví el infierno nazi", pero Alba ha resaltado que en vez de "transmitir el odio y el resentimiento padecidos, Marfil vivía para dar a conocer al mundo las consecuencias de los fanatismos ideológicos".
Su prima María Marfil ha alabado "la bondad" del homenajeado, "un hombre que supo amar y vivir en paz".
Por su parte, el alcalde de Rincón de la Victoria, Francisco Salado, ha definido al que se ha convertido en el primer hijo predilecto del municipio como "un héroe de verdad, que tras sus duras vivencias ha transmitido un mensaje de reconciliación para que no se repita esta lamentable historia".
Marfil combatió en la Guerra Civil por el bando republicano, y tras la victoria franquista se exilió con su familia a Francia, donde se integró en el ejército galo en una de las seis Compañías de Trabajadores Españoles (CTE) que luchó contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Fue capturado por las tropas alemanas en Dunkerque, después de que los británicos no permitiesen a los combatientes españoles subir a los barcos que rescataron al grueso del ejército aliado, y fue trasladado al campo de Sagan (Polonia), en el que tuvo la condición de prisionero de guerra y un buen trato gracias a su pericia como carpintero.
Sin embargo, el régimen franquista pidió a sus aliados nazis que revocasen tal estatus, lo que significó para Marfil y el resto de soldados prisioneros españoles abandonar este campo en el que se respetaba la Convención de Ginebra y ser conducidos al de concentración de Mauthausen (Austria) en enero de 1941.
Allí, Marfil descubrió que su padre del que fue separado en Dunkerque tras su captura, se había convertido en el primer deportado español en morir en este campo de exterminio.
A los pocos días de su llegada, enfermó de sarna y fue enviado al subcampo de Gusen, situado a unos cinco kilómetros del complejo principal y conocido como "El Matadero", pero logró sobrevivir y regresar a Mauthausen, donde permaneció hasta la liberación del campo en mayo de 1945 por los estadounidenses.