El alquiler en Málaga se ha disparado casi un 20% con respecto al año pasado, según un informe del
Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU). Estos datos confirman la tendencia que se está desarrollando en la mayor parte del país y que dificulta cada vez más el acceso a viviendas sobre todo a las familias y los jóvenes sin altos salarios. Además, las cifras de este año también reflejan que empieza a recuperarse el
uso de la vivienda como activo financiero de inversión.
El Banco de España estima que solo se debería destinar como máximo el 30% de los ingresos a la adquisición o alquiler de viviendas, sin embargo, ante esta subida de precios y la bajada de salarios, el esfuerzo que actualmente están realizando es mucho mayor. El Observatorio de Medio Ambiente Urbano cree que,
en “poco tiempo” se van a volver a alcanzar los niveles de 2006, cuando hacía falta 27,4 años de media para adquirir una vivienda en la capital. Unas hipotecas que se alargan en zonas como el
Litoral Este, en la que supondrían
35 años de pagos, o se acortan en otras como
La Rosaleda, en la que se reduce a
15 años.
En Málaga, OMAU señala que, debido a esto, la
segregación urbana que había existido históricamente en la ciudad se está intensificando. En el
Centro Histórico, el precio de la vivienda se ha disparado un 26%; seguido por la zona Litoral Este, que ha crecido un 21%; y, en menor nivel, Teatinos y el Litoral Este, con el 18%. La renovación urbana ha derivado en
“precios prohibitivos”, como califica OMAU, para la mayoría de la población en zonas de ensanche como
Teatinos, Litoral Oeste hacia la Térmica y El Pato, el Litoral Este o el Centro Histórico. Por ejemplo, u
n piso con un dormitorio puede llegar a costar 310.000 euros y hasta 750.000 uno de tres en una promoción inmobiliaria de la Ciudad Antigua. Por ello,
el 80% de estas viviendas fueron vendidas a personas o empresas residentes fuera de Málaga y el
20% de compradores restantes tenían como fin dedicar el inmueble al
alquiler turístico. Sin embargo, también en otras zonas como Litorales Este, Oeste y Teatinos hasta la mitad de las viviendas fueron adquiridas por empresas o por personas de fuera interesadas en invertir en Málaga o buscando una segunda residencia para vacaciones, algo especialmente alto en ciudades costeras como Málaga.
En el período 2015-2017,
la oferta de alquiler residencial en Málaga disminuyó un 27% y llegó hasta el 37% en el caso del Centro Histórico debido en parte a la
proliferación de viviendas turísticas, que afecta a la oferta habitual de vivienda en la zona central de la ciudad. A pesar de ello,
la subida de precios también se nota en barrios menos turísticos debido a la rentabilidad que los activos inmobiliarios ofrecen, por encima del
6% anual, según explica el Observatorio de Medio Ambiente Urbano.
El metro cuadrado en la capital ya ha superado los precios existentes en 2009. Unos precios que contrastan con la situación la década pasada, en el 2000, cuando el metro cuadrado se pagaba a 1.039 euros en la capital, mientras que ahora los precios son de más del doble, con
2.860 euros el metro cuadrado. De hecho, según Eurostat,
la subida del precio de la vivienda en España durante el 2017 fue hasta un 50% superior a la media de la Unión Europea. El Observatorio de Medio Ambiente Urbano concluye en su informe que la
“oferta de viviendas no se dirige a un mercado compuesto por lo que históricamente era la vivienda habitual de Málaga, sino solo a una pequeña parte de la población que dispone de recursos económicos y a inversores empresariales e individuales”.