Uno de los efectos más evidentes de la crisis económica que azota a España ha sido el estallido de la burbuja inmobiliaria. La exagerada subida de los precios de la viviendas, unida a la subida de los tipos de interés y el endeudamiento cada vez mayor de las familias son también una de las principales causas de dicha crisis.
En Cádiz, al igual que en el resto del país, el sector inmobiliario ha sido uno de los más afectados. Atrás quedan los tiempos en lo que se podía encontrar una agencia inmobiliaria prácticamente en cada esquina. La cultura de “vivienda en propiedad” imperante en España, al contrario de lo que sucede en el resto de Europa, provocó el florecimiento de este tipo de negocios.
Una vez que las ventas han caído en picado, la lógica se ha impuesto y han sido muchas las inmobiliarias que se han visto obligadas a cerrar sus puertas.
2009 ha sido un año muy duro para el sector. Uno de los agentes inmobiliarios más veteranos en la ciudad, José Linares, confirma que ha sido un año “en stand by, aunque se ha notado algo más de movimiento en el segundo semestre”.
Linares calcula que las ventas en Cádiz capital han bajado alrededor del veinte por ciento respecto al periodo anterior a la crisis. Una muestra evidente de ello es que “ahora la oferta es amplia. Es muy significativo que haya disponibles áticos y torres miradores, que siempre han estado muy solicitados, era como un capricho que muchos tenían”, comenta Linares, añadiendo que “antes había compradores y no había disponibilidad, y ahora está pasando lo contrario”.
Uno de los principales problemas actualmente viene del lado de los bancos, “que no facilitan la labor”. Linares explica que ahora mismo las entidades financieras “están centradas en liquidar su oferta”, la de los pisos que se han quedado por impago de sus propietarios o que se han adjudicado a través de subastas. No obstante, aclara que en Cádiz esta circunstancia se ha dado menos que en otras ciudades.
Otro hándicap con el que se encuentran en este momento los compradores es que está dejando de funcionar “la táctica del regateo, a la que aquí estamos tan acostumbrados”, dice José Linares. “Cuando los precios estaban tan altos, lo normal era que el que quería comprar hiciese una contraoferta muy a la baja, rebajando incluso varios millones (de las antiguas pesetas) respecto al precio que se había puesto. Ahora, ya no se hacen rebajas importantes, porque los pisos están a la venta prácticamente al precio de su valor real. Los propietarios ya no están tan receptivos a las ofertas como hace dos años y no están dispuestos a malvender”, explica.
De cualquier forma, el agente inmobiliario explica que “Cádiz es un mercado muy particular. Comprar en esta ciudad siempre es un buen negocio porque hay muy poco suelo disponible y quien quiere vivir aquí tiene que terminar por hacerse con alguna de las viviendas que hay en el mercado”.
Lo que no ha variado es el perfil de las personas interesadas en hacerse con una vivienda en propiedad. “La mayoría de los clientes son parejas jóvenes que se quieren hacer con una primera vivienda o familias que necesitan cambiar de piso porque el que tienen ya no se ajusta a lo que necesitan, ya que se les queda pequeño cuando aumenta la familia, o se da el caso contrario, que cuando los hijos se independizan la casa se les queda grande” En estos casos, destaca el número de personas que se han decidido por cambiar de casa mediante el sistema de permuta.
Especulación
A diferencia de otras localidades de la provincia de Cádiz, en la capital no se está dando el caso de las personas que deciden comprar pisos ahora que los precios están más bajos para especular con ellos una vez que el mercado se vuelva a estabilizar. ”Se suele decir que las grandes fortunas con la especulación se hacen en los momentos más duros, pero en Cádiz no es este el caso”, comenta José Linares.
La situación económica ha provocado que “la inversión se cambie por la necesidad”. Los que se atreven a comprar una vivienda en esta coyuntura es porque realmente lo necesitan. Eso sí, también se da el caso de muchas personas que después de años ahorrando para hacerse con una vivienda ven la posibilidad de comprar, ya que “justo ese veinte por ciento que han bajado los precios es lo que les faltaba por reunir, y esas personas si que se están atreviendo a comprar”.
Los cambios en el mercado inmobiliario también se hacen muy evidentes en el segmento de viviendas en alquiler. “Ahora se está alquilando mucho más que antes, porque todos los que no consiguen que los bancos les concedan una hipoteca están recurriendo a esta opción”, aclara el empresario gaditano.
Las cuotas estratosféricas que alcanzaron muchas hipotecas en los momentos más álgidos del euribor, hicieron que muchos se asustaran y optaran por pagar un alquiler, que en la mayor parte de los casos, era sensiblemente inferior a lo que había que pagar al banco por los préstamos.
La bajada del euribor en los últimos meses y la consiguiente reducción de las letras de las hipotecas están volviendo a equiparar lo que pagan unos y otros. En este sentido, Linares se muestra convencido de que “en el momento en que la gente se de cuenta de que lo que se paga por un alquiler y lo que están pagando otros por la hipoteca es similar, muchos clientes comprarán”.
Desde el sector inmobiliario se advierte de que “los precios ya no van a bajar más. Este el momento perfecto para comprar, porque a partir de junio suben los impuestos de transacciones patrimoniales”, cuenta Linares, quien asegura que las expectativas en el sector son de mejoría.
Muchas inmobiliarias echan el cierre
A lo largo del pasado año, han sido muchas las agencias inmobiliarias que se han visto obligadas a colgar el cartel de cerrado de manera permanente. La bajada en las ventas les ha obligado a ello o, en muchos casos, a prescindir de parte del personal. En este sentido, la crisis ha afectado sobre todo a aquellos establecimientos que decidieron abrir en el momento del boom inmobiliario y que han visto como la crisis hacía añicos todas sus esperanzas de prosperar en un negocio que había dado muy buenos resultados durante los últimos años. No obstante, desde el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria aseguran que ellos sí han logrado resistir la crisis a base de profesionalidad. El propio José Linares, propietario de la inmobiliaria Prodyser, comenta que los agentes oficiales cuentan con un gran respaldo por parte del Colegio. Además, estos profesionales cuentan con la ventaja de trabajar en negocios consolidados “y la gente eso lo valora como signo de seriedad”.