El partido ultraortodoxo Shas no se incorporará a un gobierno liderado por la ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni, poniéndola así en serias dificultades para lograr la mayoría parlamentaria a una semana de expirar el plazo de que dispone para formar gobierno.
“No podemos desentendernos de las dificultades y necesidades que estos días aparecen en el informe de los estados desarrollados, y que sitúa a Israel en el primer lugar del ránking de pobreza”, se indica en un comunicado de Shas con el que justifica su decisión de interrumpir las negociaciones y quedarse fuera del gobierno.
“Hemos presentado propuestas para resolver la pobreza, pero no las han aceptado”, prosigue. Shas hizo el dramático anuncio, casi el golpe de gracia a los esfuerzos de Livni por formar gobierno, horas antes de caer el shabat, el estricto día de descanso en Israel, lo que cercena en gran medida toda posibilidad de reconciliación con Kadima en nuevas negociaciones.
Mañana domingo, Livni celebrará una audiencia con el presidente del Estado de Israel, Simón Peres, en la que habrá de comunicarle si tiene o no gobierno, paradójicamente una semana antes de que concluya el plazo oficial. Hace dos días, en una comparecencia ante el grupo parlamentario de Kadima, Livni ya dio a entender que la suerte estaba echada y que le tocaba a Shas mover ficha, lo que los ultraortodoxos han hecho sin dilaciones. “Esta mañana el Consejo de Sabios resolvió (respaldar) la decisión del rabino Ovadía Yosef (guía espiritual del movimiento) de no incorporarnos al gobierno. La decisión es irrevocable”, aseguró el líder del partido, Eli Yishai, en una rueda de prensa junto a su casa en Jerusalén.
Yishai, ministro de Transportes en el actual gobierno que dirige el primer ministro saliente, Ehud Olmert, explicó que “Shas no está a la venta”, y que las demandas que tenemos no “son de carácter personal”. El origen de la discordia está en torno a una diferencia de unos 350 millones de shékels (unos 90 millones de dólares) sobre las ayudas que el nuevo ejecutivo habrá de otorgar a las familias numerosas y que beneficia por tanto a las ultraortodoxas y árabes.