Los ministros de Medio Ambiente de más de 190 países intensificaron este viernes sus negociaciones para cerrar en las próximas horas un acuerdo de mínimos que permita salvar del fracaso a la cumbre del cambio climático de Cancún.
"Si llegamos a un acuerdo hoy en Cancún, habremos prestado un gran servicio al esfuerzo global contra el cambio climático, a millones de personas y a futuras generaciones", afirmó la presidenta de la conferencia, la canciller mexicana Patricia Espinosa.
Las negociaciones para la reducción de las emisiones de gases contaminantes entran así en su fase definitiva en medio de las divergencias e intentando evitar que su amplitud sobre asuntos cruciales, como la prórroga del Protocolo de Kioto, no acabe por echar abajo los consensos logrados en temas menos políticos como son la deforestación o las transferencias tecnológicas.
Aunque la intención de Espinosa es dar por concluida la cumbre a las 00.00 GMT del sábado, la mayor parte de las delegaciones se han preparado ya para que la negociación se prolongue varias horas más.
"Tenemos poco tiempo para dar un último empujón y mejorar" los textos presentados por los grupos de trabajo, señaló la canciller mexicana, que apremió a las delegaciones a apurarse y volcar en un texto cuanto antes los puntos de consenso.
En el acuerdo tienen que aparecer decisiones en varias áreas fundamentales como mitigación, adaptación, deforestación, y una visión compartida y de largo plazo sobre los mecanismos legales futuros para combatir el cambio climático.
Por ahora, las delegaciones trabajan en lograr un texto sobre la continuidad del Protocolo de Kioto (1997), que es el único acuerdo internacional vinculante para reducir las emisiones de gases que producen el efecto invernadero, y la piedra angular de la negociación.
El principal punto de disensión para lograr una salida airosa de esta conferencia es la continuidad de Kioto cuando expire dentro de dos años, y algo que Japón, además de Rusia, Bielorrusia, Canadá y Australia, rechazan, ya que les obliga a unas recortes de emisiones que no tienen otras grandes economías como Estados Unidos y China.
Estados Unidos no ha ratificado ese acuerdo internacional y a China no le afecta por ser un país en desarrollo.
Las delegaciones, que han suspendido todas las conferencias de prensa previstas, trabajan ahora sobre un borrador con fórmulas concretas sobre el actual nivel "de ambición" de cada país en recortes de emisiones contaminantes o mitigación.
"El paquete empieza a tomar forma... Entramos en la fase nueva (de las negociaciones), pero también hay áreas, que no son detalles menores, sino cruciales, en las que no hay progresos", afirmó la comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, durante una conferencia de prensa.
Señaló que los desacuerdos afectan a los mecanismos de monitoreo, reporte y verificación (MRV, por su sigla en inglés) de emisiones, así como los de mercado, las reglas contables o la forma legal del futuro texto, todos ellos considerados "esenciales" para la UE.
Los europeos quieren solucionar la brecha que existe entre los compromisos de reducción de emisiones hechos de forma voluntaria por 110 países en Copenhague (2009) y la realidad de que no son suficientes para cumplir la meta de que la temperatura del planeta no suba más de dos grados centígrados en el siglo XXI.
"La UE quiere que el texto establezca que lo que se prometió en Copenhague no es suficiente" y que esos compromisos se incluyan en el texto que se consensúa, dijo Hedegaard.
Los países desarrollados que ratificaron el protocolo de Kioto solo cubren en torno al 27% de la reducción de emisiones, lo que no basta para alcanzar las metas fijadas.
Hedegaard agregó que los países tienen que "ir hacia Durban y no a Doha", en referencia a la ciudad sudafricana que albergará en 2011 la próxima cumbre del cambio climático y a la capital qatarí que da nombre a la paralizada ronda de negociaciones para la liberalización del comercio mundial que se sigue en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El presidente del grupo de países africanos, el congoleño Tosi Mpanu, hasta apeló al valor histórico que para Japón tiene ese acuerdo y señaló que "si el honor es tan importante para ellos, esperemos que respeten este tratado".
Por su parte el secretario de Medio Ambiente de México, Juan Rafael Elvira, reiteró que "el espíritu de Cancún sigue vivo" y que "aquí lo que vale son los acuerdos que lleven a tomar acciones inmediatas".