La señora Ayuso, ínclita dirigente y hacedora de méritos para la ciudad de Madrid, continúa en el quehacer histórico de “sisar” todo lo posible al Estado español, para que cada vez España se limite más a los estrechos márgenes de la Comunidad regida por ella. Fenómeno ya rancio, pues se viene practicando desde Felipe II, la “
hacedora y defenestradora de presidentes” sigue el ejemplo difundido por todos los gobernantes del Estado sin el menor escrúpulo ante la apropiación de industria, obras de arte y hasta habitantes de otros lugares para hacer de “la capi” el mayor conglomerado de todo eso y más.
Ahora, en su locura apropiatoria, la señora Ayuso insiste en su obsesión por nominar a Madrid “cuna” del flamenco. Si quisiera reivindicar algún papel elaborado por “la capi”, su “capi” del alma, hasta podríamos entrar en la disquisición de cuál ha sido o es su aportación al arte flamenco. Porque el flamenco, por más que le pese, ya es una cultura y un arte original creado, elaborado, cimentado y levantado en y por Andalucía, mucho antes de su nacimiento. El Arte sólo puede nacer en un sitio. Y ese sitio -si le molesta beba agua-, no es Madrid por muy “capi” que sea. la villa La presencia de varios tablaos en ella, no la convierte en creadora ni en madre. Ni siquiera el reconocimiento a un supuesto mérito, mientras sigan ofreciendo esa especie de “flamenco -Frankenstein” muy propio de la ciudad Frankenstein para engañar al turismo, ofreciéndole un sucedáneo mal elaborado.
La incombustible aprendiza de la más rancia dictadura, ha declarado BIC al
arte andaluz. Gracias, no hacía falta, de verdad, el flamenco ya es Patrimonio de la Humanidad y ¡qué casualidad! el pseudo flamenco madrileño ni por asomo le prestó el menor apoyo, mantenido expresa y exclusivamente desde Andalucía. Sería mejor centrarse en airear méritos propios, y si no los tiene no se apunte tantos ajenos, con tal falta de estilo y de capacidad que, caso de alguna semejanza es al término sustraer. La historia y la cultura se pueden disfrutar en cualquier sitio si su ejecución es respetuosa, pero jamás puede nacer en dónde se le antoje a ninguna presidenta antojadiza.