Con casi un tercio de la 64 Vuelta a España consumido, en Xátiva todos coinciden en que, con la contrarreloj de Valencia en el séptimo día, empieza la lucha por el triunfo en la clasificación general...
Con casi un tercio de la 64 Vuelta a España consumido, en Xátiva todos coinciden en que, con la contrarreloj de Valencia en el séptimo día, empieza la lucha por el triunfo en la clasificación general. Los favoritos empezarán a poner en las brasas que se encendieron en Assen, las primeras chuletas de carne de la parrillada preparada.
El sueño de los diseñadores de un recorrido que ha prescindido de los Pirineos o la cordillera Cantábrica y las montañas asturianas es que los invitados al festín montañoso sur oriental de la Península Ibérica y en menor medida de la tradicional sierra madrileña puedan degustarlo en su totalidad. Los rescoldos que pudiesen quedar deberían ser aprovechados en la contrarreloj de Toledo antes de darse por consumidos el día 20 de septiembre en Madrid.
El itinerario de la carrera es lo suficientemente duro y exigente, “el más duro de los últimos años” según Alejandro Valverde, como para pensar que se vayan a gastar más fuerzas de las necesarias por el circuito de Fórmula 1 valenciano. Como ya sucedió en Assen, en el anillo motociclista, se esperan diferencias mínimas entre los que pretenden alcanzar el resplandor áureo que provoca el maillot que sueñan vestirse en Madrid.
En la capital valenciana, salvo que el recorrido elegido se convierta en peligroso por la previsible y anunciada lluvia y se arriesgue más de lo necesario, no parece que entre los grandes aspirantes pueda quedar alguno descartado. Los españoles Alejandro Valverde y Samuel Sánchez y el italiano Ivan Basso salen de carrerilla de la boca de cualquiera que cita a los favoritos. El australiano Cadel Evans también termina uniéndose al trío transformándolo en póquer de ases, a los que seguro terminará uniéndose alguno más.
Uno de los que debería estar en ese ramillete de favoritos es el luxemburgués Andy Schleck, pero él mismo ya anticipó incluso antes de viajar a Assen que su presencia en la Vuelta tenía como objetivo ultimar su preparación para el Mundial de la ciudad suiza de Mendrisio. Quedan muy pocas horas para ratificarlas o para que se desdiga de sus palabras y eleve su valoración en las apuestas.
Los directores del Caisse D’Epargne y Euskaltel-Euskadi, Eusebio Unzue e Igor González de Galdeano, calcan sus palabras a la hora de pronosticar lo que pasará en Valencia. “La Vuelta empieza mañana” o “el primer examen de la Vuelta es en Valencia”, definen que la sexagésima cuarta edición entra en terreno decisivo. Tal un poco antes de lo habitual, pero todos ellos han consumido muchos kilómetros en reconocer las zonas por las que circularán.
A partir de ahí, las etapas maría, las propicias para escapadas y algún que otro acto destacable o para los velocistas, serán las menos. El líder murciano del Caisse D'Epargne lo tiene claro: “La contrarreloj no me preocupa demasiado con la montaña que tenemos por delante”. Para Unzue al día siguiente, mañana, en el primer final en alto en “Aitana es donde se hará el primer balance con datos fidedignos”.