El concejal de Patrimonio, José Cabrera, exigió ayer al PSOE local que rectifique de inmediato su crítica en relación a la adquisición de un reloj para la nueva Casa Consistorial. Mientras que el PSOE alegaba el pasado lunes que su coste se eleva a 50.000 euros, desde el Ayuntamiento se subraya que el decreto para su adquisición, montaje y puesta en funcionamiento lo cifra en 5584,24 euros.

Por ello, Cabrera acusó al PSOE de “mentir y engañar descaradamente a la población, inflando un gasto hasta multiplicarlo por 10, con el único objetivo de realizar una crítica”.

“Lo que tenían que hacer”, añadió, “es pedir perdón por haber dejado más de 80 millones de déficit en el
Ayuntamiento, lo que nos crea problemas todos los meses para pagar las nóminas a los trabajadores”.

Cabrera entiende que el PSOE “tras una gestión nefasta en el Ayuntamiento debe pedir perdón y excusas a la población por este engaño”.

El concejal sanroqueño recordó que “este reloj es similar al que instalaron, prácticamente apuntalado, en la plaza de Toros, y que requirió la intervención de la delegada provincial de Cultura de la Junta (entonces la actual ministra Bibiana Aído), al instalarse en un bien de interés histórico, y que ordenó su retirada”.

Cabrera por último pide a los socialistas que “al menos sean medianamente veraces en las cosas que dicen, porque ya está bien de tanta mentira y de engañar a la población”.

Un decreto firmado por el alcalde el pasado 4 de septiembre adjudica a Relojería Valverde SA el contrato de suministro e instalación del un “reloj monumental para las nuevas dependencias de la Casa Consistorial”, con un precio de 4814 euros más 770,24 correspondiente al IVA.

El reloj contratado posee varios altavoces, diferentes melodías, control a distancia, memoria y otros avances tecnológicos.

En el precio de adjudicación se incluye, además de su adquisición, el montaje del mismo en el edificio que albergará la nueva Casa Consistorial, en las instalaciones del antiguo cuartel Diego Salinas.

El PSOE, refiriéndose el lunes a un coste de 50.000 euros en la operación, destacó que el gasto era “innecesario, cursi y fuera de lugar en tiempos de crisis económica”.