El Ejecutivo australiano asegura que "la mayoría de los activos bancarios (rusos) están ahora cubiertos por nuestras sanciones"
El gobierno de Australia anunció este viernes una nueva batería de sanciones contra 11 bancos y entidades gubernamentales y dos oligarcas rusos con intereses comerciales en el país oceánico, por la invasión de Rusia a Ucrania.
Con estas medidas, que incluyen al Fondo Nacional de Inversión Ruso y al Ministerio de Finanzas, el Ejecutivo australiano asegura que "la mayoría de los activos bancarios (rusos) están ahora cubiertos por nuestras sanciones junto con todas las entidades que manejan la deuda soberana de Rusia".
"Los bancos adicionales juntos representan aproximadamente el 80 por ciento de todos los activos bancarios en Rusia", apunta un comunicado emitido por el Ministerio australiano de Exteriores.
Camberra, además, añadió a la lista de oligarcas rusos sancionados, en la que ya se encuentran 41 personas, incluido Roman Abramovic, a los empresarios Oleg Deripaska y Viktor Vekselberg, cuyos negocios se vinculan con empresas australianas, según el comunicado oficial.
"El gobierno australiano está profundamente comprometido a imponer altos costes a Rusia. Esto incluye enumerar a personas de importancia económica y estratégica para Rusia que han apoyado y se han beneficiado del régimen de (presidente, Vladimir) Putin".
Deripaska es presidente de la empresa rusa de aluminio Rusal, que tiene una participación del 20 por ciento en la refinería Queensland Alumina Limited (QAL) en Gladstone, en el este de Australia, informa el canal de televisión publica ABC.
Por su parte, Vekselberg tiene intereses en una empresa que trabaja con Origin Energy, una de las eléctricas más importantes de Australia, para fracturar la cuenca Beetaloo, en el Territorio del Norte, recoge el medio público.
Australia, que ha enviado ayuda letal y humanitaria a Ucrania, ya ha impuesto sanciones contra decenas de entidades financieras y ha prohibido los viajes unas 450 personas, entre ellos al presidente Putin y otros altos mandos y oligarcas rusos, así como a miembros del Ejecutivo y de las Fuerzas Armadas de Bielorrusia.