Las flores y objetos de recuerdo de sus seguidores se van acumulando hoy en las puertas de la residencia
La mansión de Silvio Berlusconi en Arcore, en la inmediaciones de Milán (norte ), donde reposan los restos del ex primer ministro italiano a la espera de los funerales de Estado que se celebrarán mañana en la catedral milanesa, se ha convertido en lugar de peregrinaje de numerosos simpatizantes del magnate fallecido.
Las flores y objetos de recuerdo de sus seguidores se van acumulando hoy en las puertas de la residencia de Berlusconi, que murió este lunes a los 86 años en el hospital San Raffaelle de Milán debido a la leucemia crónica que padecía.
La capilla ardiente se ha instalado en la histórica residencia del político, aunque finalmente sólo podrán visitarla sus allegados y no estará abierta al público por decisión de su familia, que ha alegado motivos de orden público, ya que dada su enorme popularidad se esperaba la presencia de miles de personas para darle su último adiós.
Mañana, miércoles, una jornada que ha sido declarada de luto nacional en el país por el fallecimiento de un hombre clave de la historia italiana de las últimas décadas, se celebrarán los funerales de Estado en el Duomo de Milán, la ciudad natal de Berlusconi y desde la que forjó su imperio mediático y su prolífica carrera política.
La ceremonia comenzará a las 15.00 horas locales (13.00 GMT) ante la presencia de autoridades de la vida política, social y económica del país, encabezadas por el jefe del Estado, Sergio Mattarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni, que lidera la coalición gubernamental de la que forma parte Forza Italia, el partido fundado por Berlusconi.
Las exequias estarán presididas por el arzobispo de Milán, el monseñor Mario Delphini.
Además, se instalarán pantallas gigantes en la plaza del "Duomo" para que la gente pueda seguir en directo el funeral a través de una señal de televisión que producirá Mediaset, el grupo mediático del magnate.
Por el momento, las autoridades no han definido el aforo que se prevé admitir en el templo, cuya capacidad máxima es de unas 5.000 personas.
La muerte de Berlusconi marca el final de una época de la historia de Italia, pues cambió la manera de hacer política, pero también dejó su huella en el mundo empresarial, de la comunicación y el deporte, durante las largas décadas que protagonizó la vida del país.
El magnate falleció rodeado por sus cinco hijos, su hermano Paolo y su compañera Marta Fascina, 53 años más joven que él, en el hospital San Raffaele de Milán, donde volvió a ingresar el pasado viernes, tras una breve pausa, ya que había permanecido hospitalizado 44 días después de que se revelase que padecía una leucemia desde hace tiempo.