El líder del PP desea iniciar un gran proyecto de ?recuperación? nacional que incluya reformas profundas de las instituciones.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha apelado a “la sed de urnas” que tiene España para iniciar un gran proyecto de “recuperación” nacional que incluya reformas profundas de instituciones tan relevantes como el Parlamento o el Tribunal Constitucional.
Rajoy ha querido terminar la Convención de Sevilla con el mensaje de que “España no es un caso perdido y no quiere resignarse”, y que por ello urge “un proyecto de recuperación nacional” que implique no sólo al PP sino a todos aquellos que “piensan que el futuro de España está en sus propias manos” y “saben que ha llegado la hora de unir fuerzas alrededor de un proyecto que ilumine el horizonte”.
Rodeado por su equipo de dirección, por los barones territoriales –menos Esperanza Aguirre y Juan Vicente Herrera– y por miles de militantes del PP, el líder de los populares ha dado por comenzado “un nuevo tiempo político” con un objetivo marcado: “reconstruir la confianza de los españoles”.
Rajoy ha dejado espacio para los agradecimientos, los homenajes a Alberto Jiménez Becerril, Ascesión García Ortiz y a Gregorio Ordóñez, los tres asesinados por la banda terrorista ETA, y para algunas confesiones, como que se siente “un privilegiado” por presidir el PP a pesar de que la tarea “no ha sido fácil”.
Pero más allá de esas licencias, el presidente del PP ha apelado a la “sed de urnas” que hay en unos ciudadanos que “tienen prisa por apuntalar su esperanza y dotarla de contenido fiable”.
Según ha señalado, los españoles están cansados de las “palabras floridas, anuncios que no se cumplen y el retraso interminable de las soluciones”.
Sin alusiones directas a José Luis Rodríguez Zapatero y sin críticas a aspectos concretos de la gestión del Gobierno, Rajoy sí ha sido más preciso para enumerar sus prioridades: crear empleo, una educación de calidad y reformas en las instituciones y en la administración.
A su juicio, el PP es “el gran partido reformista de España” y, por tanto, el único que puede emprenderlas con garantía de éxito, al contrario que el Gobierno, que se enreda en “reformas que se niegan, que se retrasan, atropelladas, reformas de las reformas, un tejer y un destejer, un decir y no hacer, un hacer que se hace sólo pensando en la foto”.
No hay más margen para las improvisaciones. “Ha llegado el momento de poner a punto el país para los próximos treinta años”, ha concluido.
Apuesta por Rubalcaba como rival
El presidente del Partido Popular asegura que está convencido de que su rival electoral en las próximas generales será el actual vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba.
En conversación informal con periodistas, el líder de los populares respondió así a una pregunta sobre la supuesta sucesión de Rodríguez Zapatero y la consiguiente candidatura del PSOE en las próximas elecciones generales. Rajoy se mostró “convencido” de que será Rubalcaba y no Zapatero el que lidere a los socialistas en dicha batalla electoral. No obstante, el presidente del PP cree también que el vicepresidente y ministro del Interior podría replantearse una decisión como consecuencia de la “campaña de desprestigio” que pesa sobre el jefe del Gobierno.
Por otro lado, Rubalcaba, dijo ayer a los militantes socialistas que “conviene no arrugarse” ante las elecciones porque el PP “sólo” ganará si el PSOE desiste de explicar que mantiene sus señas de identidad –las políticas sociales– pese a la crisis. Así, el vicepresidente ha recordado que el viernes próximo el Consejo de Ministros aprobará, como había anunciado, la reforma de las pensiones, y dijo que se va a “empeñar hasta el final” en buscar el consenso con el objetivo de mantener el sistema público de pensiones “con determinación y convicciones”.