De forma pacífica y festiva decenas de miles de personas convocadas por el movimiento de los 'indignados' nacido el 15-M recorrieron ayer las calles de Madrid y de casi todas las ciudades españolas para hacer oír su voz contra el actual sistema político y económico, y reclamaron una huelga general.
El ambiente festivo fue la nota dominante en todas las marchas nacionales del 19-J, cumpliendo los mensajes que previamente las redes sociales y las páginas web en torno a este movimiento popular habían lanzado para evitar la violencia y a los posibles provocadores.
Las marchas fueron convocadas por el movimiento 15-M para protestar contra el Pacto del Euro, los recortes sociales y la corrupción política.
En Madrid, 37.742 personas asistieron a la manifestación organizada por las Asambleas de Trabajadores de Pueblos y Barrios de la Comunidad madrileña con el apoyo del movimiento 15-M y Democracia Real Ya, según el cómputo efectuado por la empresa Lynce para la Agencia Efe.
Esa cifra, que podría elevarse hasta las 42.271 personas por el margen de error, corresponde a los presentes a las 14:20 horas en la Plaza de Neptuno, cuando el grueso de la manifestación había llegado a su punto final, a pocos metros del Congreso de los Diputados que estaba cercado por un fuerte cordón policial para evitar su acceso.
Bajo un intenso calor, en Madrid ciudadanos de todas las edades, incluidos jubilados y familias con bebés, trabajadores o parados, han exhibido pancartas y coreado numerosos eslóganes: Pienso, luego me indigno, No hay pan para tanto chorizo, Tu 'Botín', mi crisis, Zapatero, lacayo de los banqueros o ¿Izquierda o derecha? Este país está envejecido. Busquemos una alternativa.
Las seis marchas de indignados que partieron a las nueve de la mañana desde diversos puntos de la Comunidad madrileña concluyeron cinco horas después en la Plaza de Neptuno, donde se leyó un manifiesto que pedía la convocatoria de una huelga general.
Ya por la tarde, más de mil personas se dieron cita en la Puerta del Sol de Madrid para decidir en asamblea nuevas acciones, entre las que se encontraría una concentración nocturna el próximo martes frente al Congreso por la reforma de la negociación colectiva que se debatirá allí al día siguiente.
En Barcelona, 20.000 personas según el departamento de Interior catalán, 75.000 según la Guardia Urbana, y 260.000 según los indignados, comenzaron después de las cinco de la tarde una manifestación en la plaza de Catalunya con final en el Pla de Palau, cerca del parque de la Ciutadella.
En la marcha sonaban tambores y pitos, y la encabezaba una furgoneta donde los organizadores lanzaban consignas por altavoces -bote, bote, bote, político el que no bote- de forma pacífica para contrarrestar las acusaciones de ser un movimiento violento tras los incidentes del pasado 15 de junio en el mismo parque de la Ciutadella.
A última hora, un centenar de jóvenes se concentraron en las puertas del Parlament, custodiado por los Mossos d'Esquadra.
En Valencia, miles de personas iniciaron a las seis de la tarde una manifestación con final frente a la sede de la delegación del Gobierno, y el carácter festivo sehizo notar con grupos disfrazados, entre ellos jóvenes con pañales para mostrar cómo les ha dejado el sistema financiero internacional.
En Bilbao, Vitoria y San Sebastián, las miles de personas congregadas de forma pacífica y ruidosa expresaron su indignación por una crisis económica que ellas no han provocado.
En Andalucía también participaron miles de personas en marchas en las que no faltaron pancartas -No hay democracia, gobiernan los mercados o la crisis que la paguen los capitalistas- y otras formas de protesta como en Sevilla, donde unos jóvenes portaron un ataúd con la frase Democracia, descansa en paz.
En Pamplona, los indignados se sumaron a las movilizaciones con silbatos y consignas como que no, que no nos representan, que no, lema similar a los escuchados en Gijón, donde miles de personas llegadas de toda Asturias han gritado contra los dirigentes políticos.
En Salamanca, cerca de un millar de personas se concentraron en la Plaza Mayor, mientras en Ávila más de 300 indignados concluyeron su protesta con una cacerolada en la plaza del Ayuntamiento; y en Valladolid miles de personas rechazaron en la jornada de ayer, entre otros problemas sociales, los desahucios.
En las Palmas de Gran Canaria y en Santa Cruz de Tenerife, los indignados protestaron contra el Pacto por el euro, al igual que en Extremadura, donde en la localidad de Almendralejo unas doscientas personas se concnetraron en el día de ayer contra la actual situación de crisis que se vive en el país.