El primer ministro nipón, Shinzo Abe, instó hoy a la comunidad internacional a terminar con el armamento nuclear, durante la ceremonia para conmemorar el 70 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica contra Hiroshima.
"Hasta ahora no hemos podido llegar a un acuerdo en las reuniones contra la proliferación nuclear, pero en otoño de este año presentaremos una resolución en la Asamblea General de Naciones Unidas", afirmó Abe en su discurso durante la ceremonia.
"Japón, el primer país que sufrió un ataque nuclear de la historia, tiene la responsabilidad de actuar en este sentido", destacó el primer ministro nipón durante el acto, al que asistieron representantes de un centenar de naciones.
Abe está actualmente en el punto de mira después de que su Gobierno haya impulsado una controvertida reinterpretación de su Constitución para promover un papel más activo de las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) a nivel global, lo que acaba con más de seis décadas de pacifismo institucional en Japón.
Asimismo, el primer ministro anunció que Japón "promoverá medidas para el desarme nuclear" durante la cumbre de líderes del G7 que se celebra el año próximo en la localidad costera de Shima (centro del país).
El Ejecutivo nipón también ofrecerá su apoyo a la serie de conferencias sobre paz y desarme nuclear que se celebran cada año en Hiroshima desde finales de agosto y hasta el próximo año, añadió.
"Hoy, cuando se cumplen 70 años del ataque que quitó la vida a tanta gente y convirtió la ciudad en cenizas, siento especialmente la importancia de la paz", afirmó Abe, quien también expresó su pésame a los víctimas y a sus familiares.
La bomba lanzada por un avión estadounidense sobre la ciudad nipona acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas, aunque este número aumentaría hacia finales de 1945, cuando el balance de muertos se elevaba a unos 140.000, y en los años posteriores las víctimas por la radiación sumaron muchas más.
Después del ataque sobre Hiroshima, EEUU lanzó una segunda bomba nuclear el 9 de agosto de 1945 sobre la ciudad de Nagasaki, lo que forzó la capitulación de Japón seis días después y puso fin a la II Guerra Mundial.