La idea de las autoridades de Rotterdam de obligar a las mujeres con adicciones graves o trastornos psiquiátricos a utilizar métodos anticonceptivos ha sido muy criticada en Holanda, especialmente entre la comunidad médica, que no la considera ética, ni cree que se pueda llevar a la práctica.
La propuesta del concejal de Juventud y Educación de la ciudad holandesa, Hugo de Jonge, del partido democristiano CDA, es recurrir a la medida en el caso de las mujeres que las autoridades consideren "incapaces" de criar a sus hijos en unas "condiciones mínimas".
En particular, afectaría a mujeres toxicómanas, sin domicilio fijo, prostitutas o con problemas psiquiátricos.
Cerca de una decena al año, según los cálculos de las autoridades municipales.
"Los padres tienen derecho a que nazcan sus hijos. Los niños también tienen derecho a crecer en un ambiente seguro", afirma Hugo de Jonge en unas declaraciones a Efe.
El concejal ha puesto en marcha recientemente un programa para ofrecer anticonceptivos a mujeres que se encuentren en una situación "vulnerable".
De momento se trata de una acción de prevención que se aplica a unas 160 mujeres, a quienes los servicios sociales siguen de cerca y recomiendan el uso de métodos anticonceptivos.
El proyecto es similar a otro aplicado hace dos años en la ciudad de Tilburgo (sur de Holanda) y dirigido a las madres sin techo, con adicciones severas o trastornos psiquiátricos y que han tenido uno o más embarazos no deseados.
En el caso de Tilburgo, los promotores están satisfechos con los resultados, dado que el 80 % de las personas a las que se han dirigido han terminado siguiendo la recomendación de las autoridades y han aceptado ponerse un DIU o un anticonceptivo inyectable.
Sin embargo, el concejal de Rotterdam quiere ir un paso más allá y para ello plantea que el uso de esos métodos no sea voluntario, sino obligatorio y que su aplicación en cada caso lo decidan las autoridades.
"Hay un pequeño grupo de mujeres con trastornos psiquiátricos que no está en condiciones de ofrecer a los niños un lugar seguro", denuncia De Jonge, quien también incluye en el grupo a las mujeres que, debido a "adiciones graves", podrían causar daños al bebé durante la gestación.
Para estos dos casos, el concejal propone imponer por ley como medida temporal el uso de un anticonceptivo.
De Jonge puntualiza a Efe que esta solución "nunca sería irreversible", por lo que "no se trataría de una esterilización" y que tendría que ser impuesta por un juez.
Aunque reconoce que "es un tema complejo", deja claro que rechaza la idea de quedarse "con los brazos cruzados" ante la situación.
El concejal asegura que el plan propuesto es el resultado de charlas "con ginecólogos, jueces de menores y personas que trabajan en el cuidado de los más jóvenes".
"No puede ser que el derecho de los padres a tener hijos tenga más peso que el derecho de los niños a estar en un ambiente seguro y con perspectivas de futuro", insiste.
La propuesta, sin embargo, se ha encontrado con el rechazo de la comunidad médica holandesa.
"Creo que es una muy mala idea", dijo a Efe Gert van Dijk, especialista en ética médica de la Federación de Médicos de Holanda.
"Desde un punto de vista legal es imposible", asegura este facultativo, que añade que "no se puede forzar a una mujer a tomar una píldora todos los días" y que un DIU "podría ser fácilmente retirado por cualquier otro médico".
En cuanto a los anticonceptivos inyectables, van Dijk incide en la dificultad que supondría "actuar contra la voluntad de un paciente".
La ley holandesa solo permite recurrir a ello en el caso de pacientes con desórdenes psiquiátricos, "pero este no sería el caso", puntualiza el mismo experto, que añade que a algunas de las personas del colectivo al que se dirige la propuesta no se les puede declarar legalmente incompetentes, "así que no sería posible".
En lugar de medidas coercitivas, el mismo especialista propone que se invierta más tiempo en la relación entre médicos, pacientes y enfermeros.
"Es muy importante que las partes confíen entre sí", subraya.
Para van Dijk, lo más sencillo sería "hablar con las mujeres sobre los métodos anticonceptivos para que los aceptaran de forma voluntaria", tal como hace el proyecto de Tilburgo, que este experto considera un buen ejemplo.
No es la primera vez que el asunto se trata en Rotterdam, donde ya hubo un primer intento hace cinco años de introducir la contracepción obligatoria, que fracasó.
La idea tampoco ha gustado a una buena parte de los partidos políticos, incluidos el gobernante VVD y los cristianodemócratas.