La Liga Norte (LN) profirió en el pasado toda clase de afrentas hacia las regiones del sur italiano pero su actual líder, Matteo Salvini, aspira a conquistarlas en las elecciones del 4 de marzo con su discurso nacionalista y contra la inmigración.
La elección de Salvini como secretario de la Liga en 2013 fue borrón y cuenta nueva para una formación fundada en la década de 1980 para reclamar la independencia de la Padania, una región ficticia y casi mística equivalente prácticamente al norte de Italia.
Hasta entonces sus dirigentes, como el fundador Umberto Bossi o su joven pupilo Salvini, dirigían sus filípicas contra un sur al que reprochaban su dependencia de las subvenciones del industrializado norte, haciendo del "Roma ladrona" todo un himno.
En aquel año, la LN obtuvo los peores resultados electorales de su historia, por encima del 4 % en las generales, y Salvini hizo su jaque mate en unas primarias que le coronaron como secretario.
Desde ese momento el nuevo líder, omnipresente en medios y redes sociales, impulsó "un cambio de estrategia radical" de la LN lejos del regionalismo, explica a Efe Francesco Raniolo, director del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Calabria.
Su fórmula consistía en hacer de la LN un partido nacional y de derechas, aprovechando la decadencia del fundador Bossi y del jefe y señor de los conservadores italianos, Silvio Berlusconi, embrollados ambos en un sinfín de polémicas y problemas judiciales.
Y se lanzó a por el sur, creando, apunta el experto, "una suerte de complicidad populista" en torno a grandes temas que preocupan en todo el país, como la crisis económica o el temor ante fenómenos como la inmigración masiva o el terrorismo islamista.
El cambio del partido será particularmente visible en la papeleta de los comicios del 4 de marzo ya que de su símbolo ha eliminado el punto cardinal de su nombre y solo figuran las palabras "Lega" y "Salvini", pues su idea pasa también por una fuerte figura de líder.
Ante esta cita electoral, puede contar con el movimiento "Noi con Salvini", que difunde su programa en regiones como Apulia, Campania, Basilicata, Calabria o las islas de Cerdeña y Sicilia.
La Liga y estos comités comparten una "carta de valores" en la que expresan su rechazo al euro, "una moneda equivocada", reclaman la protección de las empresas locales, apoyan una reorganización federalista de Italia y exigen detener la "invasión" de inmigrantes.
El encargado de coordinar esta plataforma en Campania es Gianluca Cantalamessa, candidato a diputado por la Liga y, al mismo tiempo, "orgullosamente napolitano", explica a Efe.
En su opinión, no existe contradicción alguna con ser "terrone" o sureño y militar en la LN y subraya que el objetivo es aplicar en su zona "la experiencia positiva basada en la identidad" realizada en regiones como Lombardía o Véneto, feudos tradicionales del partido.
Exculpa a la LN de su actitud en el pasado y acusa a los partidos que han gobernado Campania de no haber solucionado la precariedad social y de dar prioridad a la acogida de inmigrantes.
"No es una cuestión ni del color de la piel o racismo. Pero una cosa es justa, decir 'primero los italianos' no es un acto de odio hacia los otros, sino un acto de amor hacia nuestros hijos", abunda.
El coordinador del movimiento en Basilicata es Antonio Cappiello, un artesano de 47 años que destaca las "ganas de cambio" de Salvini para una región, la suya, con gran potencial económico pero, dice, donde la gente pasa penurias y sufre un alto nivel de desempleo.
Candidato en la Cámara de Diputados en las elecciones, explica a Efe que en el pasado militó en la derecha pero decidió sumarse al carro de la Liga porque "los otros partidos han fracasado" a la hora de hacer política y mejorar la situación de su región.
La LN de Salvini se ha coaligado con "Forza Italia" de Berlusconi y otros partidos de extrema derecha, una unión que, de cumplirse los pronósticos, será la más votada, al borde pero sin alcanzar el 40 % de los votos que se requieren para gobernar.
En solitario, la mayoría de los sondeos otorgan a la Liga en torno a un 15 % de los votos, poco más que en las elecciones regionales de 2015, lo que para el profesor Raniolo demostraría que Salvini ha encontrado "un techo de cristal" en su carrera electoral.
Cree que tendrá "una enorme dificultad para hacer una brecha" y crecer en el sur porque, más allá de su discurso "muy emotivo" sobre enormes amenazas exteriores, carece de "un mensaje más consciente de los problemas de los sureños", como las desigualdades sociales.
"Quizá un día podremos decir que fue más un partido de derechas que uno a escala nacional", vaticina el profesor.