Los ocho agentes penitenciarios y diez internos que estaban como rehenes fueron liberados y entregados a las autoridades
El motín en una cárcel de Río de Janeiro terminó esta madrugada con 18 rehenes liberados tras largas horas de negociación y tres reclusos heridos durante un tiroteo con las autoridades, informaron hoy fuentes oficiales.
La rebelión por parte de un grupo de presos de la Penitenciaria Milton Dias Moreira, situada en la Baixada Fluminense, una zona deprimida vecina a la ciudad de Río, se inició en la tarde de este domingo tras un frustrado intento de fuga.
De acuerdo con la secretaría regional de Administración Penitenciaria, los ocho agentes penitenciarios y diez internos que estaban como rehenes fueron liberados y entregados a las autoridades.
Los presos amotinados también dieron a la Policía dos pistolas, un revólver, una granada y una linterna, agregó la nota.
Antes de la liberación de los rehenes, agentes del Grupo de Intervención Táctica entraron en la unidad para contener el motín, lo que provocó un intercambio de tiros en el que resultaron heridos tres reclusos, los cuales fueron enviados a un hospital cercano con un cuadro de salud estable.
Según medios locales, la rebelión empezó cuando agentes penitenciarios fueron abordados durante un control de presos por unos reclusos que iban armados con armas de fuego.
Antes del incidente, la Secretaría regional de Administración Penitenciaria informó que habían sido adoptadas una serie de medidas especiales de control ante el riesgo de fuga, después del decreto promulgado el viernes por el presidente brasileño, Michel Temer, para intervenir la seguridad de Río.
El decreto cede el control del área de seguridad de Río de Janeiro al Ejército hasta finales de este año, en medio de la ola de violencia que azota a ese estado.
La cárcel Milton Dias Moreira tiene capacidad para 884 internos, pero en enero pasado albergaba a 2.027, según el Consejo Nacional de Justicia.
Organizaciones internacionales de Derechos Humanos han denunciado en repetidas ocasiones que el sistema penitenciario brasileño es uno de los "peores" y "más inhumanos del mundo" por su grave hacinamiento, falta de seguridad y sangrientas reyertas entre facciones rivales.
Según datos oficiales divulgados en diciembre pasado, la población carcelaria en Brasil llegó a 726.712 personas, lo que supone un aumento de 104.000 personas desde 2014 y constituye la tercera mayor población carcelaria en números absolutos en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos y China.