La obra, adaptada y representada por Thesis Threatre Company y dirigida por Taxiarjis Janos, cuenta la historia del ingenioso hidalgo
Don Quijote de la Mancha, la obra cervantina que transformó la literatura para siempre con su sátira de la caballería y la fantasía, se sube a las tablas de la Atenas del posrescate financiero para defender un idealismo con el que la sociedad helena siente una gran conexión.
"Creo que por eso esta gran obra ha sobrevivido al paso del tiempo, porque habla de algo que forma parte de todos nosotros. Todo el mundo querría ser Don Quijote pero en realidad la mayoría de nosotros somos Sanchos", explica en una entrevista con Efe el protagonista de la obra, Ajilleas Anagnostu.
La obra, adaptada y representada por Thesis Threatre Company y dirigida por Taxiarjis Janos, cuenta la historia del ingenioso hidalgo con una estética sencilla ensalzada por utilería polivalente hecha de madera, gracias a la cual un mismo objeto es en distintas escenas una lanza o un gran gigante que esconde un molino manchego.
Esta sencillez deja espacio para la música de clara inspiración hispánica, elemento que vertebra la representación y se retroalimenta de la actuación de los cinco actores que representan todos los papeles de las aventuras del Quijote.
Aunque la situación en Grecia sigue siendo precaria, con un índice de desempleo del 18,5 % y del 39,1 % en el caso de los más jóvenes, los griegos no se olvidan de que su país es la cuna del teatro, un arte que sigue siendo muy popular y que, de hecho, repuntó con los años de crisis.
Entre los años 2000 y 2014, el número de teatros en la capital helena aumentó en un 153 %, mientras que el 70 % de los teatros en funcionamiento en el año 2014 fueron abiertos después de comenzar la recesión económica en 2008.
Según los últimos datos disponibles de la agencia de estadísticas helena (Elstat), correspondientes a 2016, ese año tan sólo en los teatros estatales y municipales más de 2 millones y medio de espectadores acudieron a ver casi 7.000 representaciones.
"En Atenas la gente aún va al teatro, ahora mismo hay cientos de obras siendo representadas en la ciudad. Es un buen sitio para ser actor pero también hay mucha competencia y por eso muchas veces no se sacan beneficios", cuenta Anagnostu.
Por eso, a pesar de la afición generalizada, intentar hacer carrera en el teatro en Grecia es una decisión bastante quijotesca, pero Anagnostu considera que es posible "aunque es más difícil que el resto de sueños difíciles de cumplir aquí".
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, cuya primera parte fue publicada en 1605, ha sido adaptada en las tablas en numerosas ocasiones. La primera representación teatral basada en la obra cumbre de Cervantes que se conoce fue, como en esta ocasión, fuera de España, en 1611 en Londres.
Para revisitar la historia del hidalgo manchego que se enfrascó tanto en la lectura que acabó creyendo ser un caballero andante, la compañía ha decidido centrarse en el mensaje inmortal de la obra en lugar de hacer una lectura clásica de los personajes o el momento histórico.
"El papel de Don Quijote me intimidaba pero hemos abordado más bien lo quijotesco como filosofía, la atmósfera de la obra y la idea de que tenemos que ser lo bastante valientes como para soñar a lo grande y no rendirnos, incluso cuando la realidad nos dice lo contrario", explica.
Para convertirse en Alonso Quijano decidió recibir la distancia que lo separa de La Mancha y del personaje con los brazos abiertos y aprovecharla para experimentar y descubrir nuevas vías de inspiración, como por ejemplo tomar clases de flamenco, que han influido en la forma de moverse del Quijote heleno.
Sin embargo, no todo sonaba a nuevo. La compañía Thesis conoce los paisajes del Quijote porque en 2016 participó en el certamen Almagro Off dentro del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, donde representaron Sueño de una Noche de Verano, de William Shakespeare.
"Cuando fuimos a Almagro todo estaba repleto de Quijotes y la zona sigue siendo la viva imagen de donde se desarrolla la historia. Bromeábamos entre nosotros: imagina si hubiera un festival de teatro en Grecia y alguien viniese del extranjero a interpretar una tragedia".
Eso es justo lo que les gustaría hacer después de vencer a los molinos de Atenas, regresar a la localidad española de Almagro con su particular versión del emblema más característico de la zona para la próxima edición del Festival.