Las imágenes publicadas por KCNA muestran al líder supervisando el lanzamiento, en el que también estuvo presente su hermana y brazo derecho, Kim Yo-Jong
La propaganda norcoreana aseguró este miércoles que el arma que probó en la víspera fue un lanzacohetes múltiple de gran calibre como el también utilizado por el régimen el pasado agosto.
No obstante, el comunicado de la agencia oficial de noticias KCNA, que describió el lanzacohetes como "súper grande" y destacó que el líder norcoreano, Kim Jong-un estuvo presente en la prueba, no calificó la prueba de éxito, lo que ha llevado a los analistas a especular con la posibilidad de que el armamento no funcionara correctamente.
Las imágenes publicadas por KCNA muestran al líder supervisando el lanzamiento, en el que también estuvo presente su hermana y brazo derecho, Kim Yo-Jong, y lo que parece ser un sistema con cuatro tubos de lanzamiento de 600 milímetros montado sobre una plataforma móvil erectora (TEL).
A su vez, las fotos desvelan que Corea del Norte pudo probar tres proyectiles, pese a que las autoridades militares surcoreanas y estadounidenses solo detectaron el lanzamiento de dos.
El Estado Mayor Conjunto dijo el martes que Pionyang disparó a modo de prueba "dos proyectiles de corto alcance no identificados" hacia el Mar de Japón (denominado Mar del Este en las dos Coreas) desde la localidad de Kaechon (75 kilómetros al norte de Pyongyang).
Los proyectiles, según Seúl, recorrieron unos 330 kilómetros y alcanzaron un apogeo de entre 50 y 60 kilómetros.
De este modo, y dado que KCNA no ha destacado el "éxito" de la prueba como ha hecho en otras ocasiones, se cree que se pudo realizar el lanzamiento de un tercer proyectil que resultó fallido.
Este es el décimo ensayo de armas norcoreano en lo que va de año, después de que el régimen de Kim Jong-un estuviera 17 meses sin realizar una sola prueba de este tipo mientras se embarcaba en las primeras rondas diplomáticas con Estados Unidos.
La prueba del martes se produjo horas después de que la viceministra de Exteriores, Choe Son-hui, dijera que Corea del Norte ve con buenos ojos acordar una fecha para sentarse a hablar con representantes de la Casa Blanca a finales de septiembre.
Se trataría, pues, de un gesto posiblemente destinado a añadir presión para acelerar el inicio de estas conversaciones.
En todo caso, se cree que las palabras de Choe indican que Pionyang está dispuesto a volver a la mesa tras un verano marcado por su beligerante condena de los ejercicios conjuntos.