El Gobierno ha calculado recientemente que hay unas 220.000 personas entre profesores y personal administrativo de las escuelas que no están inmunizadas
El Gobierno italiano de Mario Draghi tomará una decisión antes de septiembre sobre si obliga a los docentes a vacunarse en vista del inicio del curso escolar, para que este pueda ser presencial y no a distancia, dijo hoy el ministro de Educación, Patrizio Bianchi.
"Ya hay en muchas regiones un 85 % del personal docente vacunado, esperamos llegar a ese porcentaje en todo el territorio. El Gobierno evaluará en septiembre si hay necesidad de una homogeneización en todo el país", subrayó este miércoles Bianchi en declaraciones a Radio 1, al tiempo que confió en que para entonces haya dos tercios de los adolescentes vacunados.
El Ejecutivo italiano está dividido entre los partidarios de obligar a los docentes a ponerse la pauta completa contra el coronavirus y acelerar la vacunación en los mayores de 12 años en las próximas semanas para garantizar la vuelta a las aulas en condiciones de seguridad y los que, como el ultraderechista Matteo Salvini, piden libertad para que cada persona elija si vacunarse o no.
El Gobierno italiano ha calculado recientemente que hay unas 220.000 personas entre profesores y personal administrativo de las escuelas que no están inmunizadas y también hay un gran número de alumnos de más de 12 años que ni siquiera han recibido la primera dosis.
El responsable de gestionar la emergencia en el país, el general Francesco Figliuolo, ha pedido a las regiones que aceleren los tiempos para administrar las vacunas a los adolescentes, mientras que el subsecretario de Sanidad, Andrea Costa, ha confiado en que para el 20 de agosto haya un gran porcentaje de profesores y trabajadores de colegios e institutos que estén inmunizados porque si no, el Ministerio deberá "considerar la hipótesis de vacunación obligatoria para esta categoría".
Actualmente, Italia establece sanciones para los trabajadores sanitarios que no quieran vacunarse contra el coronavirus y pueden ver cambiadas sus funciones o incluso ser suspendidos de empleo y sueldo.
Además, con la intención de contener el virus y las variantes, a partir del 6 de agosto será obligatorio en el país mostrar el certificado sanitario antes de sentarse a la mesa en un bar o un restaurante, pero también si se va al cine, teatro, estadio o un concierto.