Irene García presentó esta mañana el escrito de renuncia a la Presidencia de la Diputación de Cádiz, que se hará efectiva en el Pleno extraordinario convocado para el próximo viernes, 1 de julio, dada la incompatibilidad con su desempeño como parlamentaria andaluza electa el pasado 19J.
García ha querido agilizar el relevo, “porque no tenemos ni un minuto que perder”, y en la misma sesión será elegido el nuevo responsable del Gobierno provincial, Juan Carlos Ruiz Boix.
La hasta ahora presidenta continuará como concejala del Ayuntamiento de Sanlúcar “por compromiso personal” con su ciudad y el alcalde, Víctor Mora, quien será precisamente quien recoja su acta de diputada provincial.
García, arropada por sus compañeros del equipo de Gobierno, aprovechó la comparecencia ante los medios de comunicación, para hacer balance de gestión de sus siete años al frente de la Diputación y despedirse “desde la humildad, pero satisfecha”.
En este sentido, recordó que, tras 20 años ligada a la política municipal, y tras encontrarse una institución “con la puerta cerrada a los ciudadanos y los ayuntamientos”, la puso “al servicio de la gente” y los gobiernos locales.
“En 2015, el presupuesto era pequeño, con un nivel de ejecución bajísimo; hoy tiene más de 100 millones, con una situación saneada y un periodo medio de pago de quince días”, remarcó. El fruto de la “buena gestión” permitió poner en marcha un plan de empleo en cuanto asumió la Presidencia y, desde entonces, “con 100 millones más en las cuentas”, “hemos destinado 1.000 millones de euros a la creación de empleo” y “otros 1.000 millones de euros a inversiones”.
Todo ello, llevado a cabo, subrayó, desde el diálogo permanente con los agentes económicos y sociales y con los ayuntamientos, reunidos estos últimos en el consejo de alcaldes que hoy, sostuvo, “es un órgano imprescindible” aunque hubo quien dudó de su eficacia y permanencia.
García destacó en especial el papel de la Diputación ante la pandemia, “que no ha puesto a prueba, pero hemos estado a la altura”. “Rediseñamos presupuesto en dos meses para cambiar las prioridades porque las prioridades era salvar las empresas y atender a las familias” ante la crisis sanitaria.
“Dimos una patada a las competencias” cuando fue necesario, agregó, para atender las demandas.
También valoró el esfuerzo de la Diputación en el refuerzo de los asuntos sociales, con el impulso de la ayuda a domicilio y la creación de un Área de Igualdad.
Finalmente, celebró que “el 80% de las iniciativas del Gobierno provincial se han aprobado por unanimidad”, incluso el último presupuesto salió adelante sin votos en contra, porque “hemos actuado sin sectarismos”, sin mirar siglas políticas de los alcaldes “ni el número de habitantes” de las localidades.
Irene García, que afirmó sentirse respaldada por todos sus diputados y, concretamente por Juan Carlos Ruiz Boix, también en su condición de secretario provincial del PSOE de Cádiz, “con el que hablo todos los días, como si fuera mi novio”, bromeó, también agradeció la confianza de Juan Espadas, en cuya Ejecutiva detenta la coordinación de las diputaciones provinciales y las localidades de menor tamaño, y la dirección federal.
Por último, renovó su compromiso municipalista ante la nueva etapa como parlamentaria y adelantó que su objetivo es “poner el acento gaditano” en la Cámara andaluza.
Al término de la rueda de prensa, tras saludar a los periodistas, abrazó a Ruiz Boix y, posteriormente, al resto de compañeros, en una emotiva despedida.