La Fiscalía de Granada ha solicitado nueve años de prisión para un hombre, de iniciales J.C.J.P., acusado de prender fuego en dos ocasiones a la casa de su madre, en Dúrcal (Granada), cuando padecía un brote agudo de esquizofrenia paranoide.
Al procesado, de 53 años, se le atribuyen dos delitos de incendio en relación de continuidad, con la circunstancia atenuante de alteración psíquica, por los que será enjuiciado el próximo 8 de septiembre en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada.
Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan a las 13,30 horas del 19 de marzo de 2014, cuando el inculpado, que se encontraba en la casa de su madre, en Dúrcal (Granada), empezó, en la terraza, a prender fuego a una guitarra eléctrica.
Las llamas, según el fiscal, se propagaron a una bombona de butano conectada a un calentador que había en la terraza y a otros efectos, como somieres o colchones. A continuación, el fuego siguió extendiéndose por el interior de la vivienda, en ese momento vacía, poniendo en riesgo otras casas de la manzana y sus habitantes.
No obstante, no hubo daños personales y sólo puso en riesgo de su vida el incendiario, que tuvo que abandonar la casa a través de la tapia del vecino, al quedar atrapado por el fuego en la terraza.
Un día más tarde, a las 4,26 horas, el inculpado, en esta ocasión con un líquido inflamable, procedió a prender fuego al dormitorio donde dormía su madre, en la planta baja de la casa. La mujer tuvo por consiguiente que abandonar su vivienda, en la que convivía con su hijo desde hacía unos meses.
El fuego carbonizó efectos por valor de 350 euros y afectó a una vivienda colindante por humo, causando daños tasados en 950 euros.
Cuando los bomberos se personaron en el lugar, el acusado les impidió el paso diciéndoles que allí no pasaba nada, por lo que los efectivos tuvieron que entrar en el inmueble para sofocar las llamas saltando una tapia del patio, por donde había otra entrada.
Según el fiscal, el procesado ha sido examinado y valorado por dos médicos forenses, que consideran que éste tenía en el momento de los hechos su imputabilidad mermada, por estar sufriendo un brote agudo de descompensación de la enfermedad mental de esquizofrenia paranoide que padece, ya que no se estaba medicando.