El actor Antonio Banderas ha exaltado este sábado sus raíces en el pregón de la Semana Santa de su Málaga natal, en el que ha reflexionado sobre el necesario compromiso altruista de las hermandades, las emociones que se viven al paso de las procesiones y el poder aglutinador de esta tradición, que no entiende de clases.
Ante un abarrotado Teatro Cervantes, José Antonio Domínguez Bandera -nombre real del actor-, ha leído un pregón envuelto en las historias de seis personajes, con los que recorre apasionados momentos de la Semana Santa y evoca las sensaciones que produce en quienes participan en ella.
El actor ha arrancado numerosos aplausos de los asistentes pero de manera especial cuando ha puesto el toque interpretativo en todos y cada uno de los personajes protagonistas de las historias.
Un sueño durante un vuelo de Nueva York a Los Ángeles (Estados Unidos) traslada a Banderas a Málaga, una ciudad que huele a incienso y azahar, y a mar templado, a la que acude a "fundirse" con su gente y a ocultarse tras un capirote, con el que disfruta del anonimato.
Allí asiste como testigo a las vivencias de Don Amadeo, un viudo; Gregorio, un hombre de trono que ha trabajado de repartidor de gas butano, pintor, y cocinero; Pablo, un niño que toca el bombo; Carmen, una mujer que sale de promesa acompañando al Cautivo; Vaquerito, un cantaor atrapado en la bebida y Lola, una mujer ciega.
Con ellos evoca la esperanza, la entrega al silencio de la Málaga "ruidosa y parlanchina" al escuchar una saeta, los 'crujiditos' del trono de la Virgen del Rocío, el olor a la cera quemada y la fragancia del manto de la Virgen de las Penas, o las torrijas y chocolate caliente que, como manda la tradición, cierran la noche.
"Orgulloso de ser parte de esta tierra", Banderas ha señalado que "se ha repetido una y mil veces que un hombre sin raíces no es nada" y ha ensalzado "la alegría contagiosa" de la ciudad en la que nació y el "éxtasis exuberante" de la Semana Santa malagueña.
Aunque el pregón se ha centrado "en los que viven la Semana Santa de forma callada", Banderas ha aprovechado para hacer un llamamiento para que "esta marea de 65.000 almas", en alusión a los cofrades, "se active todavía más en el terreno del altruismo y del pensamiento más puramente cristiano".
Y pone como ejemplo de "cofrade solidaria" a Lola, "comprometida con su tiempo y con el mundo violento e injusto en el que le ha tocado vivir", y que "se enfada cuando de vez en cuando oye decir que las cofradías no son ONGs".
También ha destacado el poder aglutinador de la Semana Santa, que "genera amistad que queda soldada para siempre a los hierros del varal", en la que no hay "galones, ni medallas, ni clases" y se mezclan el dueño de un estanco con un concejal, un mecánico, un abogado, un cargador de bombonas de butano y un actor de Hollywood.
El pregonero también ha reivindicado la Semana Santa como una industria, que "da de comer a miles de familias", como artesanos, restauradores y floristas, y ha resaltado el beneficio que supone para una economía basada en el turismo y los servicios.
Antonio Banderas ha contado entre el público con el apoyo de su esposa, Melanie Griffith, su hija Estela del Carmen, así como su madre y su hermana, además de algunos representantes de la política, entre ellos el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.
Hijo Predilecto de Málaga (2001) y de la Provincia (2005), Banderas obtuvo la medalla de oro de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas (2004) y la medalla de oro al mérito de las Bellas artes (2008), fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Málaga (2010) y pregonero de la Feria de Málaga (2000).