La Hermandad del Santísimo Rosario de Ntra. Sra. de la Paz y Ntra. Sra. de la Aurora conmemora la efeméride del 275 aniversario del fallecimiento del hermano aurorero Bartolomé Gago, fallecido un 27 de febrero de 1749, el cual ostenta el título de Hermano Mayor de Honor de la hermandad y, además, sus restos mortales reposan bajo el camarín de la Virgen de la Paz. Por este hecho, incluso las hermanas Esclavas y los alumnos del Colegio Sagrado Corazón siguen conociendo el pasillo que se encuentra bajo el camarín que comunica la sacristía con el colegio como “el pasillo de Bartolo”.

Según los escritos del Beato Fray Diego José de Cádiz, el hermano aurorero Bartolomé Gago fue gran devoto de la Santísima Virgen de la Paz y perseverante en el piadoso ejercicio de entonar alabanzas a la Santísima Virgen a través del Canto de la Aurora. Además, fue partícipe y testigo directo de muchos de los milagros atribuidos a la Virgen de la Paz, entre ellos, el de la aparición del arcoíris en la hora de su muerte, que principiaba en el camarín de la Virgen de la Paz y culminaba en la habitación del difunto Bartolomé;milagro del que también se conmemora el 275 aniversario.

Por todo ello, la Hermandad de la Aurora ha rendido tributo al hermano Bartolomé Gago haciendo entrega de una ofrenda floral en el Santuario de Ntra. Sra. de la Paz en el lugar donde se encuentra sepultado, y han hecho lectura de un breve fragmento del libro de la Devota Novena a la Virgen de la Paz escrita por el Beato Fray Diego José de Cádiz en el año 1791, en donde habla sobre la figura de este célebre rondeño y hermano Aurorero.

En dicho acto, que tuvo lugar el pasado domingo durante el Canto de la Aurora que la Hermandad suele celebrar cada final de mes, el Hermano Mayor, Miguel Ángel Romero, afirmó que, "desde siempre, la Hermandad de la Aurora ha sentido una especial inclinación por mantener viva la memoria y el recuerdo de todos aquellos hermanos Auroreros que han tenido la dicha de pertenecer a nuestra Hermandad para alabar a la Santísima Virgen; tanto de aquellos hermanos que nos precedieron en siglos pretéritos, como lo son Bartolomé Gago, José Ahumada, Bartolomé Esquivel y tantos otros, como de aquellos Auroreros que han sido contemporáneos nuestros y con los que incluso hemos tenido la oportunidad de compartir alabanzas, pues, como dice nuestra letra del tono de ánimas, mientras la Aurora siga viva, siempre habrá un rezo por el alma del Aurorero, y su voz y su recuerdo perdurará siempre en nuestra hermandad. En esta ocasión el recuerdo del hermano Bartolomé Gago nos sirve de ejemplo y estímulo para continuar en nuestra mariana tarea, pero también nos sirve para tomar conciencia de que otros, mucho antes que nosotros, ya quedaron maravillados por la Virgen de la Paz, y que hoy, somos mantenedores de esta piadosa tradición del Canto de la Aurora, a través de la cual continuamos siendo propagadores del Santo Rosario y continuamos rindiendo culto a nuestra siempre querida Madre de la Paz".