El Palacio de Orleáns - Borbón, sede del Ayuntamiento de Sanlúcar, ha recibido durante los meses de julio y agosto más de mil visitas, según los datos ofrecidos por la Asociación de voluntarios Turísticos Avotur, que se constituyó en el mes de febrero y que realiza un seguimiento de las visitas guiadas que se llevan a cabo en el edificio.

Desde la delegación municipal de Turismo se ha colaborado desde su origen en la creación y evolución del grupo de voluntarios turísticos que ahora se ha convertido en un elemento esencial en el progreso de actividades divulgativas y turísticas del patrimonio sanluqueño.

Durante los últimos años, el grupo de voluntarios turísticos ha dado a conocer a los visitantes algunos de los más significativos monumentos que componen el rico patrimonio histórico de Sanlúcar de Barrameda, como resultado de su compromiso con la sociedad sanluqueña.

Cabe destacar que durante estos dos meses, las visitas de grupos concertados han sido menores, ya que son sobre todo particulares los que acuden a conocer este edificio durante el verano. El hecho de que el edificio albergue dependencias municipales no es obstáculo para la apertura de algunas zonas del mismo a visitantes y turistas de diferentes localizaciones de la geografía sobre todo española.

El Palacio Municipal fue adquirido por el Ayuntamiento a la familia Orleáns en 1980 y tras un periodo de restauración, se convirtió en sede del Consistorio. Fue construido entre los años 1860 y 1870 por los Duques de Montpensier, Antonio Mª. de Orleáns y Maria Luisa Fernanda de Borbón, hermana menor de la reina Isabel II, como residencia de verano. El conjunto del Palacio y los Jardines que lo rodean, forman uno de los elementos más llamativos y singulares del patrimonio sanluqueño, en el que destacan diferentes estilos como el neomudéjar o el clasicismo italiano, pero que además en su interior cuenta con claros exponentes árabes, egipcios o de estilo chinoise. 

En cuanto a los jardines cabe destacar la colonia de dragos, cipreses, árboles del amor o naranjos chinos entre otros, que despiertan el interés de muchos visitantes, pero también de sanluqueños.