Las obras de
restauración de las cubiertas del
Casino de la Exposición y del Teatro Lope de Vega, que se prevé estén listas para el Viernes de Dolores y en la que se han invertido 740.600 euros, permitirán que la
luz vuelva a entrar
en toda su plenitud en el vestíbulo principal del monumento, una actuación en la que s
e han mezclado, casi a partes iguales, procesos tradicionales con técnicas innovadoras de última generación.
La intervención en la
cúpula permitirá recuperar un
elemento visual originario: los
óculos de la cúpula volverán a permitir
traspasar la luz, de forma que se ganará en luminosidad. Las filtraciones eran constantes en este elemento de la cúpula, compuesta por una
trama de cristales y celosías hacia el exterior que permitían originariamente el paso de la luz pero que habían sido tapadas para evitar las goteras.
Ahora, la colocación de una
nueva carpintería en el óculo externo permitirá mantener intacta la celosía acristalada, por lo que la luz
traspasará hasta las vidrieras que dan hacia la cúpula interior, dando mayor grandiosidad al espacio. Esto, unido a la
recuperación de las vidrieras que conforman la linterna, permitirán que, desde el interior del vestíbulo, se
recupere toda la luminosidad del espacio.
Todas las cubiertas del Casino de la Exposición y del Teatro Lope de Vega se han
intervenido para evitar las filtraciones, incluyendo también la reposición completa de la
montera que cubre una de las salas
laterales del vestíbulo principal y que protege una de las
vidrieras más espectaculares del monumento, que será objeto de una posterior
restauración si así lo aprueba la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente.
La intervención más
llamativa, por la
complejidad y por la
mezcla de
procesos artesanos tradicionales y técnicas de
última generación, se centra en la
cerámica, tanto en el
revestimiento de la cúpula como en los
elementos decorativos.
La
cúpula, junto con el cupulín, del monumento, se encuentran
revestidos de azulejos de varias tonalidades: transparente (es decir, color barro cristalizado), verde, negro y crema. Han tenido que ser
repuestos aunque su
producción respeta las
técnicas tradicionales gracias a una de las
pocas empresas sevillanas que aún trabajan la cerámica artesanal.
Eso sí, antes de conformar de nuevo el mosaico característico del monumento, se ha tenido que
renovar todo el mortero y la impermeabilización utilizando una técnica
también de última generación, aplicando una
membrana de poliuretano, no sólo para
superar las filtraciones sino para
garantizar que se adhieran los azulejos con garantía, algo que, reconocen, ha sido muy
dificultoso por la
gran cantidad de pruebas técnicas que se han tenido que realizar.
El otro
hito ha sido la recuperación del más de un
centenar de elementos cerámicos que decoran la cúpula y todos los elementos superiores del complejo monumental, muchos de los cuales se encontraban en tan
pésimas condiciones que se han tenido que sustituir al completo.
La
mezcla de técnicas tradicionales con otras innovadoras ha sido tan
ejemplar que basta decir que de cada uno de esos
jarrones o basas decorativas se ha sacado su
propio escaneo en 3D, se ha realizado un
molde específico de cada una de ellas y se ha creado una
nueva pieza, idéntica a la original, como si fueran realizadas a principios del siglo XX,
incluyendo su pintura.
En aquellos que sí ha sido posible su
reparación, se ha
mimado con cuidado cada pieza hasta el punto de que es
irreconocible la intervención final. Los elementos retirados se conservan en el almacén del monumento, así como los diferentes moldes por si, en un futuro, es necesario restaurar alguno de los elementos.
La intervención se ha realizado de acuerdo con un proyecto de la
Gerencia de Urbanismo, contando para la Dirección facultativa con la arquitecta directora de obra
Cristina Sánchez Mendoza y con el arquitecto técnico director de ejecución
José David Muñoz de la Torre. Las obras corren a cargo de la empresa
Joaquín Pérez Díez SL, bajo la supervisión de la arquitecta jefa de obra
Manuela Pérez Romero.