Las previsiones no empañaron el Miércoles Santo

Publicado: 27/03/2013
El Carmen Doloroso, La Lanzada, Baratillo, Cristo de Burgos, Siete Palabras y Panaderos salieron a la calle. La Sed, San Bernardo y Buen Fin no se arriesgaron
El Miércoles Santo se salvó pero no sin ser recordado por su caótico final: cuando parecía salvado con la salida de seis de las nueve hermandades, los chaparrones deslucieron un final marcado por las prisas y algunos pitos a La Lanzada por no acelerar el paso cuando el agua así lo pedía.

Las probabilidades de lluvia, de hasta un 80% por chubascos ocasionales entre las doce de la mañana y las siete de la tarde, pesaron en la decisión de las primeras hermandades que realizaban su estación de penitencia el Miércoles Santo, aunque a media tarde el Miércoles Santo revivía con la decisión del Carmen Doloroso de salir a la calle, a las que después seguían, aunque con algunos retrasos, La Lanzada, Baratillo, Cristo de Burgos, Siete Palabras y Panaderos.

La primera en decidir no realizar su estación de penitencia era la Hermandad de la Sed, lo que se intuía como una pauta a seguir por el resto de hermandes. De hecho, era la primera en decidir no arriesgarse ante las probabilidades de lluvia, que ya se habían materializado en varias zonas de la ciudad en chubascos ocasionales. La propia Hermandad, a través de Twitter, hacía oficial la decisión y pedía a los padres que recogieran a los menores por una de las puertas de la parroquia de la Concepción.

Tras ella, la decisión, como si de un efecto dominó se tratara, se repetía en las siguientes hermandades en realizar su estación de penitencia, sobre todo ante los esporádicos chubascos que recaían sobre la ciudad, de forma que poco después (incluso con el sol fuera) la hermandad de San Benito comunicaba su decision de no realizar su estación de penitencia, cofradía a la que después seguía la del Buen Fin.

La sorpresa, ante el vaivén del tiempo, la daba la hermandad del Carmen Doloroso, que apostaba por realizar su estación de penitencia vistos los intervalos de claros que se abrían y a pesar de que las previsiones seguían anunciando agua. Tras ella, La Lanzada, Baratillo, Cristo de Burgos, Siete Palabras y Panaderos, en otro efecto dominó, se echaron a la calle.

La estación de penitencia de las hermandades se iba cumpliendo, con retrasos y falta de control del tiempo en la carrera oficial, hasta que la lluvia volvió a hacer de nuevo su aparición provocando un caótico final en el que hasta los que estaban en la Campana terminaron pitándole a Los Panaderos por recrearse excesivamente mientras tras ellos La Lanzaba soportaba el chaparrón. Al final, recogida apresurada de las hermandades y un conflicto que dará mucho que hablar.

 

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