Con motivo de un viaje, que ausentará de la capital hispalense por una larga temporada a los líderes de la banda sevillana Triana Paraíso Fiscal, la Sala Fun Club será testigo de una ceremonia de despedida en la que participarán invitados sorpresa, bautizados para la ocasión como Los Tipos de Interés. Todo esto irá acompañado de una de las mejores bandas del panorama sevillano actual, Jambalaya. La cita es el próximo viernes.
Miguel García Cantera y Alejandro Rey comentaron a este periódico los pormenores del evento.
Tienen planeado marcharse una temporada al Reino Unido, ¿cuáles son las causas?
–En realidad nos vamos sin destino concreto ni tiempo definido, empezaremos nuestro viaje allí en Reino Unido y el destino y la música nos irá moviendo de un sitio a otro. La causa principal no es otra que la de cambiar de aires, salir en busca de una nueva época compositiva y llenar la mochila y el alma de experiencias, para volver y grabar por fin nuestro primer disco de estudio, del cual tenemos ya muchas cosas atadas a las que solo hace falta darle forma.
¿Significa esto un punto y aparte en Triana Paraíso Fiscal? ¿Cómo cambiará la actividad de la banda en este tiempo?
–La banda sigue en activo, más en activo que nunca, solo que vamos a coger un último impulso antes de entrar a matar. Lo que no sabemos es cuándo ni cómo, pero sabemos que Alejandro Rey y su primo Miguelito van a seguir dando guerra juntos por mucho tiempo, ya sea en Singapur o en Sevilla.
¿Tienen pensado actuar en Escocia bajo el nombre de Triana Paraíso Fiscal?
–No tenemos ni idea de lo que va a pasar a partir del 1 de octubre, fecha en la que partimos. Lo que es seguro es que el rock’n’roll corre por nuestras venas y nos gusta.
Hagan un breve repaso y valoración de la historia del grupo desde sus inicios hasta ahora.
–Pues resulta que hace cuatro años se juntaron dos locos en un piso de estudiantes con un chaval que tocaba la guitarra flamenca de escándalo, y a partir de ahí empiezan a absorber, cuales esponjas, todo lo que pueden de la música en Sevilla. Al principio, correteando con guitarras por la Alameda, rincones y plazas de la ciudad. Poco después llegó el blues, que cambiaría nuestras vidas para siempre. Con una pequeña maqueta casera grabada en casa de Miguel (para cuya grabación tuvo que dormir en el pasillo una semana), se formó la banda, de la cual han ido entrando y saliendo muy buenos músicos y mejores amigos. Pronto llegaron los llenos en bares y las primeras salas, en las que había gente que se agolpaba en la calle sin poder entrar. Ha sido todo muy rápido, cuando hemos querido darnos cuenta estábamos en un coche rodeados de instrumentos y pasándolo de puta madre camino de Madrid a presentar allí nuestra maqueta. También hemos tocado en Salamanca, Badajoz, Cádiz, Cáceres... y otras ciudades del territorio nacional en las que hemos sembrado el huracán de riffs y poca ropa.