Los ciudadanos podrán ver "en vivo" los trabajos de restauración del cuadro "El Jubileo de la Porcíuncula" de Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla 1617-1682) que se realizan en una de las salas principales del Museo de Bellas Artes de Sevilla, en el que se encuentra la obra cedida por el museo de Colonia.
El cuadro, que llegó en junio a Sevilla para formar parte de la exposición que el Museo de Bellas Artes está preparando con motivo de la celebración del IV Centenario del nacimiento del maestro sevillano, fue pintada por Murillo para que presidiera el retablo central de la iglesia del Convento de Capuchinos.
Esta obra, que salió de Sevilla en 1828 y desde 1876 forma parte de la colección del Wallraf-Richartz Musem de Colonia, fue creada por Murillo para la iglesia del Convento de los Capuchinos y está considerada como una de las obras cumbre del artista.
Los trabajos de restauración, que comenzarán a partir de hoy, han sido visitados por la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que ha estado acompañada por la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, quien ha destacado que la labor de los restauradores podrá ser vista diariamente por las personas que visiten el museo.
Se ha habilitado una de las salas principales del Museo para que estén a la vista de todos los trabajos de los restauradores, según ha explicado Aguilar, quien ha precisado que desde su llegada en junio se ha realizado un estudio técnico de la obra para ponerse "manos a la obra" en su restauración definitiva.
"Va a ser una restauración especial porque los ciudadanos van a poder disfrutar de ella. Será una ventana abierta para los que visitan el museo y verán en vivo la propia restauración", ha recalcado la consejera de Cultura.
Como muchos otros cuadros del pintor barroco, la historia de "El Jubileo de la Porcíuncula" está relacionada con la invasión napoleónica y el expolio del patrimonio artístico de la época por parte del mariscal Soult.
Las pinturas permanecieron en su lugar original hasta el siglo XIX cuando las circunstancias históricas causaron su dispersión, ingresando en 1840 la mayor parte de ellas en la colección del Museo de Bellas Artes de Sevilla.
El gran tamaño de "El Jubileo de la Porcíuncula" -430 centímetros de alto por 295 de ancho- pudo evitar el expolio francés, pero fue requisada en el Alcázar de Sevilla, donde permaneció mientras el resto del conjunto fue trasladado a Cádiz para que no cayera en manos de los franceses, y trasladada posteriormente a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
En 1814 fue devuelto al convento de los Capuchinos y los monjes lo entregaron al pintor Joaquín Bejarano como pago a su trabajo de restauración del resto de lienzos de Murillo que habían sido enviados a Cádiz para protegerlos del expolio francés.
A partir de 1828, el cuadro pasa por diferentes manos privadas para, finalmente, en 1876, entrar a formar parte de la colección del museo de Colonia.