Compramos un teléfono de 800 - 900 euros y después, a la hora de descargar una aplicación como whatsapp nos quejamos por que cuesta 30 céntimos. Esta situación, tan curiosa como real, es una de las muchas que contemplaremos en
OBDC, doble o nada, un corto sobre la doble moral de las personas con el que Oliver Fernández Sierra, tras dedicarse media vida al carnaval, dará el salto a la gran pantalla como guionista y director. “Es una crítica social a actuaciones que vemos y hacemos diariamente, desde el humor queremos que el espectador se vea reflejado y reflexione”, explica Fernández Sierra, guionista y director del corto, conocido por sus chirigotas y cuartetos que, durante años, hemos visto en carnaval.
Todo comienza con una escena cotidiana: un joven empresario que, en su oficina, se prepara para afrontar un día cualquiera. Un joven empresario protagonista que, como el resto de personajes, se va enfrentando a situaciones como la señalada, que reflejan una doble moral y que cualquier persona nos encontramos en varios momentos de nuestro día a día.
Si hay algo que han tenido claro desde el primer borrador es que la piedra angular del corto será el humor. Además de porque es su seña de identidad como grupo, lo que han hecho siempre en sus cuartetos y chirigotas de carnaval, porque consideran que, como explica el guionista y director “es la forma más fácil de llevar al espectador a que reconozca sus errores sin que sienta una frustración, primero se ríe, disfruta, pero después ve que ese protagonista podría ser él”.
Además de la reflexión desde el humor, con esta obra “made in Tocina”, en palabras del director, lanzan una reivindicación. “Queremos poner en alza que aquí hay mucho talento, mucha gente que se dedica a este mundo pero se encuentran con el problema de que, como es un pueblo muy pequeño, no hay apenas posibilidades y se tienen que ir a lugares como Sevilla o Madrid”, explica Fernández. Precisamente por eso un 98% de los participantes del corto, tanto actores como técnicos, son de Tocina o Los Rosales.
No solo todos los actores son de su ciudad natal, también los escenarios. A excepción de un escena que se grabará en un centro comercial de Sevilla, el resto serán todas filmadas en Tocina y Los Rosales, tanto en exteriores como en escenarios privados que los propietarios han cedido. Entre ellos oficinas, despacho de abogados, salones de actos o estudios de tatuaje, con el objetivo de no salirse de la cotidianidad de un ciudadano cualquiera.
El proyecto ha nacido ante la imposibilidad del grupo de participar este año en el Falla por motivos laborales. Por ello, y con el objetivo de no desligarse del carnaval, en el guión incluyen frases de distintas agrupaciones de Cádiz así como la colaboración de la comparsa
El malo del cuento. “Queríamos que llevase un poco de la forma en que se hace la crítica y el humor en este mundo, que llevase algo de la esencia del carnaval”, señala el guionista y director.
Y, aunque el rodaje no comienza hasta el próximo lunes 21, hasta ahora reconoce que la satisfacción ha sido tal que ya tiene en mente nuevos proyectos de futuro, entre ellos el guión de un segundo corto que, aunque con un planteamiento distinto, seguirá con el humor y la crítica social como seña de identidad.