La asociación Rastro Ecológico se ha concentrado ante las puertas del Ayuntamiento de Sevilla para pedir la restitución del mercadillo ubicado en el Charco de la Pava cada domingo, clausurado por las autoridades el pasado mes de octubre al alegar que se trataba de una actividad comercial no autorizada.
La portavoz de la asociación Rastro Ecológico, Carmen León, ha explicado que “después de más de cinco meses desde el cierre del rastrillo, no se les ha hado ninguna solución”. Afirma que han mantenido varias reuniones con las delegaciones de Urbanismo y Consumo sin llegar a un acuerdo. Además, añade que Carmen Castreño, delegada municipal de Comercio, ha dado 2.100 licencias para once mercadillos, siendo el del Rastro Ecológico excluido.
Desde el Ayuntamiento justifican que las medidas tomadas se deben a que en el rastrillo se llevaban a cabo actividades ilegales, como la venta de artículos falsificados y de alimentos sin controles administrativos ni sanitarios, además de alteración del orden público, problemas de limpieza y quejas ciudadanas.
Sin embargo, los vendedores del Charco de la Pava niegan tajantemente estas acusaciones y argumentan que “los problemas comenzaron desde que la Policía dejó de controlar el mercadillo hace más de un año”. Asimismo, la portavoz de la asociación manifiesta que “la interferencia de ciudadanos de nacionalidad rumana en el rastrillo ha perjudicado su imagen, ya que éstos se incorporan a la venta ambulante y les invaden su espacio sin tener ningún tipo de licencia”. Por el contrario, Carmen León asegura que “los más de cuatrocientos vendedores del Rastro ecológico poseen sus licencias y están identificados”.
Por otro lado, el Ayuntamiento había ofrecido la alternativa de que todos aquellos vendedores del Charco de la Pava que contasen con toda su documentación en regla para ejercer la venta ambulante podrían ejercer su labor en alguno de los mercadillos autorizados de la ciudad. Sin embargo, la portavoz explica que “los productos de segunda mano no pueden venderse en un mercadillo de artículos nuevos”, según la normativa vigente, por lo que esta medida es inviable.
Los vendedores piden una solución ya, puesto que “gran parte de los afectados son pensionistas y carecen de otra fuente de ingresos”, según han declarado. Además, dicen que esta medida no sólo les perjudica a ellos, sino también a los clientes con pocos recursos que se acercaban cada domingo desde distintas localidades sevillanas para adquirir productos a precios asequibles para su economía. Por otro lado, defienden que “el mercadillo cumple con una función ecológica por la cantidad de artículos que se reciclan”.
Carmen León asegura que ésta es la tercera manifestación, ya que cada lunes se concentrarán, entre las once de la mañana y la una de la tarde, ante las puertas del Ayuntamiento de Sevilla hasta que consigan una solución. Por otro lado, los vendedores están recogiendo firmas buscando el apoyo de la ciudadanía.