BioCultura, la Feria de la Alimentación Ecológica y el Consumo Responsable, ha cerrado sus puertas en Fibes domingo 24 de marzo "con un gran éxito de asistencia y con un más que notable éxito, también, de las actividades paralelas del salón". Conferencias como la de Nicolás Olea (dedicada a las consecuencias de la exposición a químicos tóxicos), conciertos como el de Trovadores de las 3 Culturas, los talleres de cosmética ecológica y/o actividades como las catas y presentaciones del showcooking ecogastronómico han registrado llenos absolutos ante un público ávido de experiencias nuevas que conduzcan a la responsabilidad social, según ha detallado la organización en una nota de prensa.
"A decir de buena parte de los expositores de BioCultura, gran parte de ellos empresas del ámbito ecológico andaluz, es necesaria una feria como BioCultura en Sevilla que conlleve el aumento del consumo interno de alimentos y productos ecológicos en el sur de España", según expone la organización. Para Ángeles Parra, directora de la feria, “el éxito de la tercera edición de BioCultura Sevilla en FIBES significa que el movimiento ‘bio’ ha venido para quedarse. Ya es hora de que el consumo interno de alimentos ecológicos aumente de forma notoria en la comunidad autónoma productora de este tipo de alimentos más representativa. Si la Administración y las instituciones no apuestan claramente por este sector, que es bueno para todos, tendrá que ser la ciudadanía la que se convierta en la vanguardia de este sector en Andalucía. Ahora mismo, antes de cerrar las puertas, ya estamos pensando en la cuarta edición. Este movimiento no hay quien lo pare”.
La organización del certamen, la Asociación Vida Sana, declara que “cerramos con la satisfacción del trabajo bien hecho; nos habíamos propuesto alcanzar la ambiciosa cifra de 13.000 visitantes, ¡y nos hemos acercado mucho! Eso significa que Andalucía despierta, que los andaluces y las andaluzas desean un cambio y están ya tomando parte activa en ese cambio. No, no hablamos de política, ni de partidos políticos, ni hablamos de administraciones, hablamos de la gente de a pie, que toma las riendas de sus vidas, y que empieza cambiando sus propios hábitos de consumo. De nosotros depende el cambio hacia un mundo en armonía con la Naturaleza y con la sostenibilidad (ecológica, económica, social)”.
El concurso de jóvenes promesas en ecogastronomía ha contado en esta primera fase ya con un ganador, una alumna de la escuela Superior de Hostelería de Sevilla, Isabel Mylonás, que concursará en la final que se celebrará en Madrid en noviembre próximo.
La alimentación ecológica sigue su ritmo de crecimiento, cada vez más ciudadanos deciden consumir alimentos descontaminados, sanos, locales, de temporada, como la única forma de estar sanos, contribuir a una economía local, colaborativa y duradera, que crea empleo real y digno, que beneficia a nuestro medo ambiente, que tiene incluso la capacidad de mitigar el cambio climático y que sobre todo proporciona alimentos sanos y sabrosos. Los productos de higiene y cosméticos les siguen como sector al alza con la creación de nuevas empresas nacionales que contribuyen a aumentar un sector empresarial fuerte y descentralizado. España es el primer país en superficie dedicada a la agricultura ecológica en Europa y el 4º mundial. La revolución “bio” ha llegado.
En la celebración del XX aniversario de la revista The Ecologist, en una de las actividades programadas el domingo por la tarde, Pedro Burruezo, director de la revista, señaló que “para cambiar el mundo es necesario cambiarse a uno mismo. Hay que cambiar nuestros hábitos, nuestros apegos, nuestras necesidades materiales, nuestra forma de relacionarnos con el mundo y con la Naturaleza. Deberíamos empezar a ver el mundo con los ojos asombrados de un niño. Dejar a un lado el materialismo atroz que nos paraliza y cambiar a una visión holística, espiritual, que nos permita contribuir a la regeneración del planeta y no a su degeneración”.