El
Rectorado de la Universidad de Sevilla ya tiene un
primer borrador de propuesta para adaptar la actividad académica y la evaluación de los estudiantes en este estado de alarma una vez que las clases presenciales se han suspendido definitivamente.
En dicho borrador de 12 páginas y que ya
está siendo analizado por los sindicatos y la Junta de Personal del PDI y el PAS, los departamentos, el Consejo de Alumnos, el comité de empresa y la conferencia de decanos, el Rectorado
apuesta claramente por una evaluación continua, para lo que propone proyectos, participación en foros de debate, preguntas durante las sesiones y resolución de casos prácticos, entre otras opciones, y en sintonía con el marco general de evaluación acordado entre las universidades andaluzas y la Consejería de Economia, con competencias en la política universitaria. Por eso, y como consecuencia, “
se recomienda reprogramar la valoración (porcentaje) de las partes incluidas en el método adaptado de evaluación”, lo cual significa que se “
recomienda reducir al mínimo, dentro de la evaluación total de la asignatura, la valoración de la actividad del examen y otorgar proporcionalmente mayor porcentaje a aquellas actividades más fácilmente adaptables al sistema online”.
Esta aclaración es clave para los estudiantes que esta semana, a través de su Consejo de Alumnos (CADUS), han emprendido una
campaña en redes con la etiqueta #QuemadUS, en la que se quejan de la gestión hecha por el Rectorado en este momento de estado de alarma y de falta de concreción sobre cómo se terminará el curso académico 2019/2020.
Sobre la evaluación, la propuesta del Rectorado que todavía está sujeta a cambios y que
tendrá que ser refrendada por el Consejo de Gobierno de la US que se celebrará el próximo 22 de abril, se especifica que los estudiantes “conservarán su derecho a la revisión de las calificaciones”. En este sentido, el profesor deberá publicar la fecha y a hora establecida para ello, así como “los procedimientos que se emplearán para la realización de las revisiones y los mecanismos utilizados para llevar a cabo, y publicar, los resultados del proceso de revisión”.
En cuanto a la
adaptación de la docencia, elemento también nuclear para llegar a la evaluación, el borrador sugiere
dividir las asignaturas en tres bloques:
las que se pueden adaptar íntegramente a formato online, las que requerirán de “adaptaciones específicas” y las que “tienen serias dificultades para cumplir la programación” de manera online. En este tercer supuesto, el profesor deberá emitir un informe en el que “justifique que la adaptación del desarrollo de las clases es materialmente imposible por medios electrónicos”. Una vez se tenga este informe, el departamento al que pertenezca este docente “procederá a identificar la posible sustitución del profesor por otro que, con plena capacidad docente e investigadora, esté dispuesto a la adaptación de la asignatura a un sistema no presencial a través de distintos medios virtuales existentes”.
El profesor responsable de cada grupo de cada asignatura será el encargado de cumplimentar las adendas a las programaciones docentes hasta el 4 de mayo. Estas adaptaciones estarán vigentes durante el periodo que abarque el estado de alarma y vuelva la normalidad. "En el caso de que fuera imprescindible la realización de actividades presenciales", el profesor deberá fijar en esa adenda los recursos temporales y materiales (espacios e infraestructuras) que necesitará.
El borrador señala que la “Universidad de Sevilla ha esperado deliberadamente la publicación del último documento de la Dirección de Evaluación y Acreditación de la Agencia Andaluza del Conocimiento de fecha 14 de abril para la elaboración del documento de criterios académicos de adaptación habida cuenta de la trascendente importancia que su contenido tiene para garantizar la calidad de criterios que se adopten para desarrollar con éxito los próximos procesos de seguimiento y renovación de la acreditación de nuestras titulaciones”.