En esta segunda semana de la fase uno del plan de levantamiento gradual de las restricciones del estado de alarma decretado contra la pandemia de coronavirus Covid-19, con mayor flexibilidad para los desplazamientos y la actividad económica, el tráfico rodado de acceso y salida de Sevilla capital continúa en un nivel de intensidad del 59 por ciento respecto al promedio de los días laborables previos a la entrada en vigor del estado de alarma, según datos correspondientes al pasado lunes.
Según han informado a Europa Press fuentes de la Subdelegación del Gobierno, el tráfico registrado en los accesos y salidas de Sevilla capital era el lunes pasado un 41 por ciento inferior a la circulación habitual registrada en el área metropolitana antes de la irrupción de la pandemia y del estado de alarma, con lo que el tráfico rodado de aquella jornada supuso un 59 por ciento de la circulación habitual.
Tales datos, en ese sentido, son similares a los registrados ya la primera jornada de aplicación en Sevilla de la mencionada fase uno del plan estatal de levantamiento de restricciones.
En la autovía A-66 o de la Ruta de la Plata, el tráfico registrado el pasado lunes constituía un 55 por ciento del promedio de un día laborable de febrero previo a la implantación del estado de alarma, es decir que la reducción es aún del 45 por ciento, mientras en los accesos a Sevilla por la autovía A-92, la reducción fue del 36 por ciento, con lo que el tráfico registrado en dicha carretera el pasado lunes constituía un 64 por ciento de la circulación habitual correspondiente a una jornada laborable de febrero previa al estado de alarma.
Para tener una idea de la evolución del tráfico con relación al progresivo levantamiento de las restricciones, cabe recordar que en marzo, durante la segunda semana del estado de alarma, con pleno vigor de sus severas limitaciones a los desplazamientos y a la actividad económica, el tráfico metropolitano de Sevilla correspondiente a los días laborables había descendido un 66,5 por ciento con relación a las jornadas laborables previas al estado de alarma y constituía sólo un 33,5 por ciento del habitual, siendo el descenso más acusado en el fin de semana.