Era una
“obsesión” que la semana que viene quedará resuelta. El
delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, ha anunciado que la semana que viene se aprobará en la
ejecutiva de la
Gerencia de Urbanismo el
nuevo modelo para obtener la
calificación ambiental preceptiva en la
apertura de un negocio. Un tipo de negocio y empresa muy concreto, como
hoteles, bares, restaurantes, residencias de ancianos y de estudiantes, clubes deportivos, naves industriales y gasolineras. Con este nuevo modelo,
se reducirán en un 50% los requisitos que hasta ahora se pedían para obtener la calificación ambiental y, además, será
un único técnico el que tramite el expediente, de manera que,
en un mismo acto y al mismo tiempo, el empresario recibirá la licencia urbanística y la calificación ambiental.
Este cambio, adelantado por Muñoz en una
conferencia pronunciada
en el Foro Gaesco y en la que ha sido
presentado por el vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, ha sido posible después de acometer lo verdaderamente complicado: la
nueva Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la Gerencia de Urbanismo con Medio Ambiente. Un asunto espinoso y costoso en términos de negociación sindical, tal y como ha reconocido el delegado.
La Gerencia de Urbanismo
atiende con esta modificación
al “clamor” de los empresarios, así como
“redimensiona” los requisitos que se exigían para la calificación ambiental. “Muchos de los parámetros” que se pedían no estaban relacionados, de hechos, con esta cuestión. Una vez que la ejecutiva de la Gerencia apruebe el nuevo modelo, el empresario que quiera abrir un nuevo negocio en la ciudad obtendrá en el plazo de siete meses todos los permisos necesarios. Hasta ahora, la dilatación de los plazos, de tres años como mínimo en muchos casos, hacía que se abrieran negocios antes incluso de contar con la calificación ambiental. El cambio que impulsa Urbanismo busca que todas las actividades empresariales abran “legalizadas” desde el origen.
Antonio Muñoz ha puesto esta propuesta de
“simplificación administrativa” como ejemplo de la actividad desplegada por la Gerencia de Urbanismo en un año de pandemia. Un desarrollo que, a juicio, del delegado municipal hace que
Sevilla tenga una “base sólida” para afrontar la reactivación económica. “
En el peor momento, la inversión pública está siendo como nunca”, ha señalado Muñoz, que ha dado varios datos que evidencian, a su juicio, el papel que jugará Urbanismo como “locomotora” de la recuperación. El primero de esos datos ha sido el de las
licitaciones públicas: 65 millones de euros.
El
plan de enajenación de patrimonio municipal, por el que el Ayuntamiento espera
ingresar 53 millones de euros, tiene ya comprometida una
inversión que ronda los 35 millones e ingresos por valor de más de 14 millones, gracias esto último a operaciones ya casi finiquitadas como la venta de la antigua comisaría de la Gavidia. “
Es la primera vez que se enajena patrimonio municipal de manera ordenada y se fija a dónde irá ese dinero destinado”, ha remarcado el delegado Antonio Muñoz.
De igual manera, en materia de vivienda, el Ayuntamiento ha
reactivado en plena pandemia y después de diez años la
promoción de VPO, concretamente en Cisneo Alto, con 83 pisos.
Y si en lo público los números han sido notables, el
sector privado “también ha mantenido el pulso”, en palabras de Muñoz. De hecho, las
licencias de nuevas viviendas en 2020 han sido
las más numerosas en la última década, con
2.426 y una inversión de 263 millones de euros. En 2012, estos visados de viviendas nuevas fueron 150, lo que da idea del movimiento del sector de la construcción en plena pandemia. De hecho, no se han caído ni proyectos residenciales ni tampoco, ha subrayado el delegado, los hoteleros, y todo pese a que el sector turístico está en encefalograma plano.
CAMBIO DE SEDE
El delegado Antonio Muñoz ha adelantado también en Gaesco la intención del Ayuntamiento de
buscar nueva ubicación para la Gerencia de Urbanismo, actualmente instalada en las antiguas caracolas de la Exposición de 1992 en la Cartuja. El traslado se hace por dos motivos: el mal estado de las instalaciones –“
en mi despacho tengo, por ejemplo, goteras”, ha confesado Muñoz- y porque el parque científico y tecnológico Cartuja tiene en estos suelos “una oportunidad” de seguir creciendo en lo que verdaderamente da valor añadido: la instalación de empresas no de oficinas.