El presidente de Andalucía de Noche, Juan Rambla, ha insistido, ante los botellones tras el fin del estado de alarma, que el sector del ocio nocturno “ya avisamos de que esta situación iba a ocurrir una vez pasara el estado de alarma”, ya que “la gente joven necesita salir y es mejor que esté en un local cerrado donde hay un control y unas estrictas medidas de seguridad, antes que en macro botellones en las calles donde no existen esas medidas”.
Tras casi nueve meses cerrado, “el 40% de las empresas han desaparecido”, como apunta Juan Rambla, quien añade a estas cifras que “eso no significa que haya desaparecido el 40% de los establecimientos, sino que puede ser que la empresa que anteriormente lo regentaba haya quebrado y ahora la propiedad es diferente, eso en cuanto a primer impacto económico”.
El 60% restante de esas empresas han recibido de buen agrado la noticia que significa un respiro para unos empresarios que aún permanecen con “una mochila de deudas porque en tantos meses cerrados no ha habido ingresos de ningún tipo, pero si ha habido gastos y préstamos que pagar”, explica Rambla.
Y al igual que no ha habido ingresos, no ha habido ayudas para este ocio nocturno que lleva tiempo gritando por boca de Juan Rambla, que no se puede comprender “cómo estando cerrado por imperativo legal, hoy en día no hemos recibido ninguna ayuda por parte de ninguna administración, estamos desamparados y nos sentimos olvidados”.
De cara al futuro estos empresarios no ocultan su satisfacción por la mejoría de los datos, pero andan con pies de plomo puesto que saben que un paso en falso de la sociedad y un aumento de los contagios supondría la vuelta a la casilla de salida y con ello, el cierre. Rambla espera con ansias esa mejoría y relajación de las restricciones “ya que ni siquiera ahora podemos tener nuestra normalidad total ya que la gente no se puede levantar a bailar además del recorte del aforo”, como él mismo apunta. Mientras, que por el lado económico esta mejoría, al menos durante un tiempo “nos vamos a encontrar con que no vamos a tener beneficios y el que abra será para pagar deudas”.
Una de las imágenes más repetidas tras el fin del estado de alarma fue los macro botellones y las aglomeraciones para celebrar que ha acabado el estado de alarma, aunque sigamos igual. Rambla, ante esta situación reivindica que desde Andalucía de Noche se lleva tiempo diciendo que “que más que un enemigo, somos la solución”, añadiendo que “la gente joven necesita salir y es mejor que esté en un local cerrado donde hay un control y unas estrictas medidas de seguridad, antes que en macro botellones en las calles donde no existen esas medidas”. Rambla se muestra tajante con esta situación recordando que “ya avisamos de que esta situación iba a ocurrir una vez pasara el estado de alarma”.
Todas las restricciones y aras que se ponen a los establecimientos de ocio nocturno provocan situaciones como que muchos decidan “alquilar villas y allí hacer lo que quieran: bailar, tener mayor aforo... Si nos permitiesen hacer eso, sería lo mejor porque estaríamos casi en igualdad de condiciones, con el matiz de que nosotros tenemos unas medidas de control que allí no existen”, sentencia el presidente de Andalucía de Noche.
A pesar de estos macro botellones, todo parece que gracias a la vacunación los datos irán mejorando. Una esperanza que mantiene vivo a todo este sector. “Se supone que todo va a ir a mejor, si eso es así, iremos aumentando las condiciones en las que podemos trabajar. El temor que tenemos es que esta situación de descontrol genere un aumento de la tasa de hospitalización y nos vuelven a recortar a nosotros”, comenta Juan Rambla.
A falta de soluciones rápidas, muchas voces han comentado la importancia de comenzar a vacunar a los más jóvenes puesto que son los que más salen. Voces que comparte también Rambla, quien piensa que “parte de la solución pasa por vacunar a los jóvenes, aunque si no llegan vacunas… poco se puede hacer” aunque matiza que “la mayoría de los jóvenes cuando se contagian es un contagio mucho más benévolo que el de las personas mayores y es lógico que sigan por las poblaciones de riesgo”.
De momento, la noticia se ha recibido con la esperanza de quien tras meses de asfixia puede comenzar a respirar, aunque también con la prudencia propia de quien aún tiene por delante meses complicados y la nostalgia de tantos compañeros que no han podido subsistir con su negocio.